Al algún momento de la larguísima historia de la Tierra, nuestro planeta estuvo en el centro de la diana de la galería de tiro de los asteroides. Con relativa frecuencia, nuestro planeta era golpeado por grandes rocas del espacio. Pero la erosión atmosférica y otros fenómenos fueron borrando su rastro.

Excepto en las regiones en las que esa erosión funciona de otro modo, como por ejemplo en Groenlandia. En esta isla continente, las enormes masas de hielo preservaron los cráteres provocado por los meteoritos. Y ahora, cuando el cambio climático está haciendo que se retiren estos hielo, están saliendo a la luz. 

Un grupo de científicos asegura haber descubierto un segundo impacto en la isla, después del detectado hace unos meses. Analizando imágenes aéreas y las cartografías topográficas de la zona bajo el hielo, consideran que una formación en el sudeste tiene este origen catastrófico. 

36 kilómetros de cráter

Se trata de un círculo más o menos perfecto de nada menos que 36 kilómetros. Eso quiere decir que sería incluso más grande que el detectado hace meses, que tiene un diámetro de 31 kilómetros.

Los expertos albergan pocas dudas porque la formación tiene todas las características de un cráter provocado por un asteroide. Es decir, un círculo de roca en pico y una cuenca interior deprimida hasta el centro, que se vuelve a elevar. Como cuando cae una gota de agua, solo que en un volumen mucho mayor y en roca en lugar de en un fluido.  

Los científicos esperan poder certificar la veracidad de su suposición. Pero eso se antoja un área mucho más complicada. Supondría la extracción de rocas que poder analizar. Y para ello deberían realizare catas bajo el hielo.

Porque aunque se esté retirando, todavía tiene un volumen considerable en la zona. Aún así, los científicos no descartan que ambos cráteres, separados por 180 kilómetros, fueran producto de la misma lluvia de meteoritos.