¿Va un kilo a dejar de pesar un kilo? ¿Cómo expresaremos lo que engordemos estas navidades? Desde el viernes pasado, el kilo pasa a la historia como unidad de medida. La Conferencia Internacional de Pesos y Medidas votó cambios históricos en el Sistema Internacional de Unidades (SI), la mayor revisión del Sistema Internacional de Unidades (SI) desde su instauración en 1960, que afectará a cuatro de sus siete unidades -al amperio, al kelvin, al mol y, por supuesto, al kilo- y significará el abandono del patrón físico del kilogramo.

A partir de ahora, el kilo se definirá en relación con la constante de Planck, central en la teoría de la mecánica cuántica y que debe el nombre a uno de sus padres, el físico y matemático alemán Max Planck. Este patrón, el kilo, estaba representado por un cilindro de platino e iridio custodiado en Francia desde hace 130 años, conocido como el “Gran Kilo”. Según los científicos, había perdido, por motivos desconocidos, 50 microgramos, por lo que ya no tenía la fiabilidad que se le suponía.

La resolución fue aprobada por unanimidad de los delegados de los 60 Estados Miembros de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas con derecho a voto en la clausura de su XXVI Conferencia General tras tres días de debates. “Este congreso aparecerá en la historia como el mayor evento para la metrología porque marca una transformación radical en el sistema base para la ciencia y el intercambio económico global”, afirmó durante la conferencia el presidente de la Academia de Ciencias de Francia, Sébastien Candel.

La revisión adoptada aportará mayor precisión en ámbitos como la administración de medicamentos, análisis médicos, sistemas de navegación por satélite o competiciones deportivas y garantizará intercambios más equitativos en el mercado mundial.