En general, las interacciones entre vida salvaje y seres humanos no suelen acabar bien. En el modo inmediato, suele ser los humanos los más perjudicados. A la larga, son los animales los que pierden. En el primer grupo, los turistas agredidos por canguros cuando les daban de comer en un parque australiano.

Comida rápida
Lo de “no dar de comer a los animales” es un mantra en cualquier parque zoológico o espacio en el que los animales salvajes convivan con humanos. Se supone que es por el bien de los animales, dado que los visitantes pueden tirarles cualquier cosa incompatible con su alimentación.

Pero en este caso, la cosa pasó de castaño a oscuro. Quizá el motivo es que los visitantes se empeñaron en dar de comer a los canguros hamburguesas adquiridas en un McDonald’s cercano. El caso es que en las últimas semanas, los marsupiales parecen haberse revelado y han comenzado a atacar a los humanos. Los responsables del parque aún no saben si los animales reclaman más comida o es una queja por la que los turistas les sirven.

30 puntos en la cara
Los ataques de los canguros pueden ser altamente peligrosos. Los arañazos producidos por sus potentes patas traseras pueden ser graves, dado lo afiladas y largas que son sus garras. Así, un visitante sufrió una profunda herida en el abdomen, otra en un hombre y un tercero precisó más de treinta puntos de sutura por un corte desde la sien hasta la mandíbula.

Este extraño comportamiento ha tenido lugar en un parque público en el que los canguros andan libremente. En los alrededores del hospital Morisset estos animales habían convivido con los visitantes sin problemas hasta la fecha. Según los responsables del mentenimiento de las instalaciones, unas 2.000 personas circulan por la zona cada semana y dar de comer a los canguros se había convertido en una de sus actividades favoritas. Hasta ahora.