Hace alrededor de 14.500 a 10.500 años, durante la transición del último período glacial, los seres humanos que recolectaban vegetación de los humedales en el este de Jordania crearon un hábitat para aves que, según un reciente estudio, de otra manera, habrían migrado.. Los investigadores sugieren que la actividad humana no siempre tiene un impacto negativo en la biodiversidad, sino que puede permitir que las especies coexistan en entornos específicos.

Biodiversidad y presencia humana

Aunque comúnmente se asocia la presencia humana con efectos perjudiciales para la flora y fauna, un nuevo estudio publicado en el Journal of Archaeological Method and Theory revela que algunas actividades humanas podrían haber tenido un efecto positivo en la biodiversidad al modificar ciertos ecosistemas. El estudio fue llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Turín.

El ecosistema en cuestión son los humedales de Shubayqa en el este de Jordania, que ahora se inundan solo estacionalmente. Sin embargo, la evidencia reciente sugiere que podría haber agua disponible durante gran parte del año, lo que haría posible la presencia de aves acuáticas y otras especies durante todo el año si contaran con un hábitat adecuado, explicó la zooarqueóloga Lisa Yeomans de la Universidad de Copenhague.

Las excavaciones en Shubayqa han revelado que los pueblos neolíticos que ocuparon estos sitios no solo recolectaron vegetación de los humedales, sino que también cazaron aves acuáticas, recolectaron sus huevos y plumas. La presencia de cáscaras de huevos y huesos de patos y cisnes juveniles en el registro arqueológico indica que estas aves permanecieron durante todo el año para reproducirse en los humedales en lugar de migrar a Europa.

Las culturas arqueológicas estudiadas corresponden a períodos en los que los humanos estaban experimentando un desarrollo significativo en la agricultura. Los investigadores sugieren que las actividades de modificación del hábitat, como las documentadas en los humedales de Shubayqa, podrían haber sido un factor crucial en este proceso. El manejo intencional de los humedales pudo haber contribuido al desarrollo de la agricultura al proporcionar mejores oportunidades de búsqueda de alimentos, especialmente aves acuáticas, huevos y plumas, según la antropóloga Camilla Mazzucato.

Además, el estudio destaca la importancia de considerar la interacción a lo largo del tiempo entre humanos y animales en diferentes entornos. La cohabitación ha sido crucial para las innovaciones que finalmente condujeron al surgimiento de la agricultura, y el estudio aboga por ir más allá de las interpretaciones deterministas de la innovación impulsada por el clima.

Publicación científica en Open Access Creative Commons 4.0: 

Lisa Yeomans et al, Waterfowl Eggshell Refines Palaeoenvironmental Reconstruction and Supports Multi-species Niche Construction at the Pleistocene-Holocene Transition in the Levant (La cáscara de huevo de aves acuáticas refina la reconstrucción paleoambiental y respalda la construcción de nichos de especies múltiples en la transición Pleistoceno-Holoceno en el Levante) Journal of Archaeological Method and Theory (2024). DOI: 10.1007/s10816-024-09641-0

Abstract: La utilización de múltiples líneas de evidencia para la reconstrucción paleoambiental mejora nuestra comprensión de los paisajes pasados ​​en los que las poblaciones humanas interactuaron con otras especies. Esclarecer estos procesos es clave para una comprensión matizada de las transiciones fundamentales en la historia de la humanidad, como el paso de la caza y la recolección a la agricultura, y nos permite ir más allá de las simples interpretaciones deterministas de la innovación impulsada por el clima. Los restos de avifauna proporcionan indicaciones detalladas de interacciones complejas entre múltiples especies a escala local. Nos permiten inferir relaciones entre animales humanos y no humanos, pero también reconstruir su nicho, porque muchas especies de aves son sensibles a condiciones ecológicas específicas y a menudo se reubican y cambian sus patrones de reproducción. En este artículo, ilustramos cómo la evidencia novedosa de que las aves acuáticas se reproducían en los humedales levantinos, que obtuvimos a través de la arqueología biomolecular, junto con datos ornitológicos modernos, revelan condiciones de los humedales propicias para la reproducción de aves acuáticas. Al comprender la interacción entre los ciclos de productividad de los humedales y la ecología de las aves acuáticas, sostenemos que las modificaciones humanas en el medio ambiente podrían haber promovido la productividad de los humedales invitando a las aves acuáticas a permanecer durante todo el año. Dentro de este panorama de “ecologías mutuas”, la retroalimentación resultante de la acción de todas las especies está involucrada en la construcción del nicho humano.

Fuente: Universidad de Copenhagen Imagen de bertvthul en Pixabay