Este verano es ya histórico por las altas temperaturas que se han registrado y las hectáreas que se han quemado en incendios de toda España. Además, hemos conocido que se ha incrementado dos grados la temperatura del Mar Mediterráneo, y así, el efecto de la crisis climática parece ya irreversible.

Olas de calor, sequías, incendios, altas temperaturas en el mar… No en vano, Greenpeace alerta del “peligro que sufre nuestra biodiversidad como barrera protectora del cambio climático, en un círculo vicioso que podría mermar la capacidad de la Humanidad para hacer frente a la urgencia climática”. La organización recuerda la necesidad de “tomar conciencia y actuar urgentemente para abandonar los combustibles fósiles, cuyas emisiones están cambiando el clima, así como proteger la biodiversidad, cambiando el sistema alimentario y protegiendo nuestros hábitats, frente a las actividades humanas que la amenazan”.

Son dos las emergencias que señala: la climática y la pérdida de biodiversidad, que “no deben abordarse de forma aislada sino conectada y con el mismo grado de importancia”. El último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas) también refleja que no se puede abordar una crisis sin la otra, y que la región mediterránea es de alta vulnerabilidad.

Tanto es así que la biodiversidad “proporciona dos servicios clave frente al cambio climático: absorbe gases del efecto invernadero y es clave en la protección frente a las catástrofes ambientales”.

La organización ecologista llama la atención sobre algunos datos clave del verano 2022:

  • La desaparición de la biodiversidad global se está produciendo a un ritmo mil veces superior al natural. La desaparición de especies ocurre actualmente de forma más rápida que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad (3).
  • En el contexto de emergencia climática los eventos climáticos extremos van a ser más frecuentes e intensos sobre todo en la cuenca mediterránea tal y como alertan los informes científicos de Naciones Unidas, con su panel científico IPCC (4).
  • Julio ha sido el mes más caluroso en España desde que hay registros, según la AEMET, con una temperatura media de 25,6 ºC, que supera en 2,7 ºC al promedio normal para este mes.
  • El calor extremo que se ha registrado en España este mes habría provocado la muerte de más de 1.900 personas, según las estimaciones del Instituto de Salud Carlos III, que en el mismo periodo del año pasado calculó que habían fallecido cuatro veces menos personas por altas temperaturas (5).
  • El IPCC estima que entre 53 y 93 millones de personas más podrían verse afectadas por temperaturas elevadas o muy elevadas en el norte del Mediterráneo para 2050 y las muertes ligadas al calor extremo podrían aumentar más de seis veces, en la misma región, si la temperatura global aumenta más de 3 °C.) (6).
  • La temperatura media mundial ha aumentado 1,2 °C desde la época preindustrial, y la concentración de CO2 ha alcanzado este junio su máximo histórico de 420,99 partes por millón (ppm), una cantidad que no se registraba desde hace tres millones de años (7).
  • El Mediterráneo está alcanzando los 30 ºC, una subida de 6,2 ºC sobre su temperatura habitual. Ecosistemas ya de por sí castigados como el Mar Menor han sufrido estos días sus temperaturas máximas históricas. Un aumento de la temperatura del mar incrementa su evaporación y, por lo tanto, empeora la sensación térmica en las zonas costeras.
  • En los primeros ocho meses de este año se han calcinado cerca de 220.000 hectáreas, con 42 grandes incendios forestales (GIF), reventando la media de los últimos decenios. Anualmente, suelen producirse 22 GIF y verse afectadas 96.592,57 hectáreas (8).
  • Más de la mitad de las demarcaciones españolas se encuentran con niveles de agua embalsada por debajo del 40,42 % (9).
  • El IPCC prevé que en la región mediterránea posiblemente vayan  a aumentar las necesidades de refrigeración de los edificios en las ciudades para hacer frente a las temperaturas más elevadas durante períodos cada vez más largos: entre un 50 % y un 278 % si el aumento de la temperatura global se mantiene por debajo de 2 °C y entre un 134 % y un 375 % si se eleva más de 3 °C.