A principios de este mes, se cumplieron 71 años del lanzamiento de las dos bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima, el 6 de agosto, y Nagasaki, el 9 del mismo mes. Poco se puede añadir sobre la devastación que sembraron los dos artefactos explosivos y las consecuencias que los lanzamientos tuvieron sobre la composición del orden mundial de postguerra.

Top Secret

Sin embargo, semanas antes se desclasificaron unas imágenes que muestran aspectos que anteriormente no se habían visto en el proceso que desembocó en el bombardeo de las ciudades japonesas. En concreto, esta veintena de imágenes muestran los últimos momentos de preparación, traslado y subida a los bombarderos de los dos artefactos lanzados en agosto del 45 y en las que, además del contenido, destaca el sello Top Secret en todas ellas.

Mensaje para el emperador

Ingenieros y soldados operan alrededor de Little Boy, como se denomino a la bomba que cayó sobre Hiroshima, y Fat Man, la lanzada sobre Nagasaki. Operarios sellan el revestimiento de la carcasa, programan la detonación o cargan las bombas en los B-29 que sobrevolarían Japón horas después. Incluso varias imágenes muestran las “dedicatorias” que los soldados escribían sobre las bombas con mensajes como “Un segundo beso para Hirohito”, plasmada por un contralmirante del ejército norteamericano.

Un premio Nobel

Además del innegable valor histórico de las imágenes, también se captan ciertos aspectos que no dejan de ser contradictorios. Por ejemplo, la instantánea que muestra al físico Norman Foster Ramsey supervisando el proceso de preparación de las bombas. Ramsey obtuvo el premio Nobel de Física en 1989 por su aportación a la creación del reloj atómico. Una investigación menos nociva que la que desarrolló en el Proyecto Manhattan.