Viendo los resultados del último concurso público para el Metro de Madrid, y su logotipo para la celebración de los 100 años, uno se podría cuestionar el valor del branding. ¿Sigue siendo la marca una herramienta de valor para nuestro producto o servicio? ¿O es meramente una herramienta al capricho del gestor de turno?

No cuestionamos el valor del diseño de la pieza ganadora. Cuestionamos su utilidad. ¿Habrá más viajeros o menos viajeros gracias a este nuevo logo? ¿Vamos a generar más empatía con los pasajeros? ¿Valorarán más este servicio público y, por tanto, cuando paguen impuestos lo harán con alegría? 

Muchas respuestas pendientes.

Pero no nos queremos enredar en la cuestión de fondo. Si vas a lanzar una empresa, ¿te debe preocupar tu Branding?  Podríamos optar por la vía complaciente del “depende”, pero vamos a ir al grano. No debe estar en lo más alto de tu cadena de prioridades.

¿Qué es importante para tu producto triunfe?

Lo más importante es el precio y el canal. Da igual “qué” vendes. Lo importante es si entras en el presupuesto y en dónde se puede comprar. Una gran idea con un precio equivocado y sin espacio en el lineal del supermercado es una idea que solo tú y tu familia valorará.

Si ya tienes claro a cuánto y en dónde, entremos en el “qué”. Seguro que tu idea es brillante pero, vamos a admitirlo antes de que te des contra una pared, como esa idea, hay otras 100 prácticamente iguales. No hay idea mágica. Hay detalles que harán que explote o no. Por eso precio y canal son esenciales.

La experiencia de uso es otro factor determinante.

Y no hablamos del “unboxing”, hablamos de temas más sencillos como tener una web digna donde la gente que entra te deje mensajes. Menos Social Media. Busca clientes de verdad que al entrar en tu web estén dispuestos a dejar un mensaje en tu formulario de contacto. Luego consigue que 1 de cada 100 visitas deje un mensaje. Ahora busca 10.000 visitas. Eso es experiencia de uso.

Ahora que ya hemos definido algo las prioridades, en este aspecto hay que ser brutal. Si estás metido en tu proyecto no puedes dudar. Si algo no es prioritario, sencillamente déjalo estar. No pierdas tiempo en ello.

¿Cuándo es importante el Branding ?

Cómo buen gestor tienes una visión a 2 o 3 años y, por tanto, debes ser capaz de ver con claridad hacia dónde vas. ¿Tu marca va a ser capaz de aguantar el desgaste de tus productos o de tus clientes? ¿Es tu marca fácil de pronunciar? ¿Realmente tiene el respaldo de tu servicio? 

Como buen gestor, aunque ahora no sea una prioridad, debes ser capaz de prever que tu marca necesitará un ajuste en 2 o 3 años y así serás capaz de adelantarte a esa necesidad. 

Nadie improvisa un cambio de marca en 3 meses. Tú sabes que estas cosas llevan tiempo y sobre todo requieren de una gestión importante.

Una marca mal implementada es peor que una mala marca. Contar con un portal de marca, un gestor de la marca y herramientas para compartir ficheros es algo esencial.

Luego te puedes enfrentar a la gestión de un portafolio de marcas. Empiezas a crecer y crecer y te puedes ver rodeado de 10 o 15 marcas que has iniciado por diferentes iniciativas. Marcas de respaldo, marcas con socios, marcas que empezaste y no llegaron a ningún sitio pero que mantienes por si acaso.

Y entonces te das cuenta que el Branding no está muerto.

Ahora que tienes canal, precio, producto, experiencia de uso… resulta que tu marca no es el reflejo de lo que quieres ser. Tu marca se ha quedado vieja y no es lo que eres ni cómo eres… Y te das cuenta de que el efecto viral de tu producto es básicamente nulo. Una mala marca no se contagia, no se copia y pega tan fácilmente… no eres viral. Tus clientes te compran y te olvidan y tienes que volver a buscar clientes… y todo por no haber dedicado a tu marca un tiempo valioso al inicio de tu proyecto.

El Branding no está muerto, es sólo parte de algo más grande y complejo

Hace muchos años, que un producto fuera útil era suficiente. Luego pasamos a hacer productos "de diseño". Ahora estamos en el mundo de las experiencias. Digitales o físicas o mixtas. Si vas a hacer un producto vas a competir contra cientos de soluciones iguales que las tuyas que querrán matar por conseguir tus clientes. Una barrera de entrada esencial es tener una marca que genere credibilidad. 

Cómo consigues eso, con producto, precio, canal, partners… ¿Te parece que estamos dando vueltas en círculo? Así es. 

Construir una empresa, un proyecto, no tiene fin. Tienes que estar constantemente generando valor. En el producto, precio, canal, marca, proveedores, partners, socios… No puedes dejar de crear valor a tu marca y hacer que eso retroalimente a toda tu cadena. Es un proceso sin fin. Por eso ningún eslabón es determinante. La unión de todos te hará fuerte. Eslabones débiles, no ponen en riesgo la cadena, pero la hacen inconsistente.