Desde este lunes, la zona básica de salud de La Moraleja, en Alcobendas, está sometida al confinamiento perimetral después de que la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid decidiera bajar el umbral por el que se aplican las restricciones a los 400 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes. Otras 29 zonas de salud de Madrid se han incluido en las restricciones.

La Moraleja es el barrio con la renta per cápita más alta de España y feudo del PP, y el Gobierno de Ayuso ha sido muy criticado anteriormente por no someter a las restricciones a esta región mientras sometía a otras con una incendia el coronavirus menor. El diario El Mundo se ha traslado a las calles de este lujoso barrio, donde no faltan mascarillas con la bandera de España o perros con collares o correas del color de la rojigualda. Muy pocos vecinos se explican que esta lujosa urbanización, rodeada de chalés y de naturaleza, haya alcanzado la cifra de 403 casos por 100.000 habitantes, aunque son muchos los que se muestran molestos por esta medida.

“Yo llevo 35 años en La Moraleja. Aquí no conocemos a ningún contagiado. He preguntado por el centro de salud y lo mismo. Lo tenían que hacer porque si no los demás se quejan”, expresa una vecina al diario citado, al igual que otra: “Como todos se quejaban y decían: ‘¿Y los de La Moraleja?’, pues, al final, nos ha tocado”.

Las respuestas de los ciudadanos de esta lujosa zona de Madrid no dejan de sorprender. Una de ellas apunta a los nulos controles de seguridad explicando su caso: “Al final puedes entrar y salir por donde quieras. Mi asistenta ha venido desde Alcobendas y no la han parado”. Aunque hay quien atribuye el aumento de contagios a la presencia de muchos colegios: “Tenemos muchos colegios. La gente entra y sale, va y viene. Yo  estoy reventada porque no voy a poder comprar en Mercadona. Salgo mucho porque tengo a mis nietos repartidos por Aravaca, el Pinar de Chamartín… Ahora tengo que preguntar si puedo ir a la peluquería si tengo cita”.