El portavoz parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Gabriel Rufián, asistió como invitado al programa de la Cadena SER de Buenismo Bien, con Manuel Burque, Quique Peinado y Henar Álvarez. El diputado catalán ha relatado cómo es su vida en Madrid, donde reside desde hace seis años, y algunos pequeños incidentes que ha padecido durante su estancia en lo que define como “una ciudad cojonuda”.

Rufián afirmó de Madrid que es una “ciudad cojonuda con gente cojonuda”. Sin embargo, cree que, en los últimos dos años, se ha incrementado la hostilidad hacia los políticos de izquierdas. “Lo que hace unos años era una mala mirada ahora es un insulto”, detalló el portavoz parlamentario de los republicanos.

“Luego está la caza del político de izquierdas que es que te graban o te hacen fotos tomándose una caña y si eres de izquierdas la cerveza te la tienes que hacer en la bañera, todo el mundo lo sabe”, destacó con su habitual ironía. No obstante, a pesar de estos pequeños inconvenientes, insistió en que “Madrid es una ciudad cojonuda”.

Manuel Burque, sabedor del filón ante el que se encontraba, no desechó el hueso y le interrogó por “lo más loco” que le han dicho por la calle. Rufián calmó la sed de su interlocutor y sacó del baúl de los recuerdos una mala experiencia que tuvo en un restaurante catalán “relativamente caro” de Madrid.

Rufián explicó que fue en este establecimiento donde, en una “ocasión especial”, un señor que portaba una pulsera con la bandera de España se refirió a él en estos términos: “Qué, vas a pagarlo con el dinero de los españoles, ¿no?”. El diputado republicano no se quedó callado y le reprendió que lo pagara él “directamente”. “Te doy la cuenta y lo pagas tú”, afirmó.

También es habitual, según agregó, que le pongan el himno de España. “Igual estás en un bar y te ponen el himno de España. A mí no me molesta especialmente. De hecho, cuando utilizas tus símbolos como una piedra el problema es tuyo”, espetó el portavoz de ERC, quien pasó página a este asunto asegurando que también lo han vivido políticos del PSOE y “nunca habían tenido problemas”.