La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fue el pasado 31 de diciembre, una de las primeras personas en dar el último adiós al Papa emérito, Benedicto XVI. La referencia de la líder de Sol no ha pasado por alto en redes sociales, espacio en el ha hablado del que fuera máximo Pontífice como un "héroe intelectual" que "luchó por la libertad de todos". "Papa, escritor, político, pero sobre todo como un gran pensador tras el inmenso Juan Pablo II, a quien tuvo el valor de suceder", añadía a golpe de tuit. 

El comentario ha recibido miles de reacciones, siendo una de las más destacadas la del siempre contestatario Antón Losada, ahora tertuliano en la Cadena Ser. El gallego ha utilizado apenas una frase para dejar patente su opinión acerca de las palabras de la responsable popular en Madrid. "Los héroes intelectuales se reconocen entre ellos", apostillaba en tono jocoso el periodista. 

Fallecimiento de Benedicto XVI

El predecesor del Papa Francisco, Joseph Ratzinger, fallecía el día de Nochevieja a la edad de 95 años. Este lunes se ha abierto la capilla ardiente en la sala Clementila de la Basílica de San Pedro

Las colas para despedir definitivamente al que fuera cara la más visible de la Iglesias Católica han comenzado de madrugada y son miles las personas que se prevé que acudan al lugar en las próximas horas. El sitio estará habilitado al público durante tres días, en los que se espera a unas 35.000 personas, mientras que otras 60.000 podrían estar presentes en su funeral. 

La influencia de Benedicto XVI en la Iglesia es indiscutible. De esta manera, el alemán estuvo presente nada menos que en tres cónclaves, de forma que en 1977, cuando Pablo VI lo nombró cardenal, ya entraba en el Vaticano. Desde entonces no dejó de oficializar hechos históricos. Tampoco puede negarse su patrimonio intelectual, pues hablaba hasta diez idiomas y uno de sus objetivos principales siempre fue el de recuperar de algún modo el latín dentro del órgano.

Sin embargo, tampoco está exento de polémica, ya que fue bajo su liderazgo cuando salieron a la luz algunos de los casos de pederastia más famosos dentro de la Iglesia -ante los que tardó en pronunciarse y, cuando lo hizo, habló de "despiste" por su parte- así como unos documentos que comprometían a la Sant Sede y que concluyeron con el fin del cargo de Paolo Gabriele, quien fuera su mayordomo. También fue reclutado por los nazis, aunque nunca llegó a combatir con el régimen de Hitler.