Pilar Eyre (Barcelona, 1951) vive uno de los periodos más intensos de su vida profesional: acaba de ver confirmada la que considera la exclusiva de su vida y ha publicado la novela, ‘Cuando éramos ayer’ (Planeta), donde retrata la Barcelona de la España del tardofranquismo, la Transición y los primeros años de Democracia. La hemos acompañado y entrevistado en la presentación de su libro y, aunque separa la escritura del periodismo, nada se escapa de su inciisva mirada. Entre otras cosas, nos ha hablado de como Interviú tuvo que poner a un periodista como 'negro' de Camilo José Cela para que redactara sus entrevistas y del cameo del rey Juan Carlos en la novela: "Es como el imperio austrohúngaro de Berlanga".

Más allá de la aparición del rey emérito, entonces príncipe, Pilar Eyre reconstruye a través de los ojos de dos mujeres, una madre y una hija, una época que lo cambió todo para siempre. La novela constituye una autobiografía colectiva de toda una generación, la suya, que se rebeló contra lo establecido y luchó por ser dueña de su futuro.

“Todos los personajes que salen en el libro han existido y todo lo que pasa es verdad. Sin embargo, de una forma mágica, el libro es ficción y los personajes también”, nos explica Pilar Eyre. Descubrimos a través de la historia de Carmen y Silvia, las protagonistas de la novela, el machismo de aquella sociedad que llegaba incluso a los partidos de izquierdas que lideraron la lucha antifranquista.

Una de las mayores descepciones de Pilar Eyre, enonces camarada Carlota, fue suspender el examen para entrar en el Partido Comunista

Pilar Eyre sufrió en primera persona el machismo de la época. Primero cuando intentó entrar en el Partido Comunista. Tras hacer un cursillo de un año y leerse todos aquellos “mamotretos sobre el capitalismo monopolista de Estado”, entre otros El Capital de Karl Marx, la “camarada Carlota”, que era su nombre en clave, fue rechazada porque tenía comportamientos burgueses y frívolos, como salir por la noche, fumar beber y ligar. “Fue una gran decepción”, asegura.

Añade que ese mismo Partido Comunista la utilizaba a ella y a otras mujeres para recaudar dinero para la causa. “Me hacían ir los sábados por la mañana con minifalda muy cortita y el día en que no recogía mucho dinero, el responsable me decía 'seguro que hay ibas con pantalones'. Si no has estado ahí, no sabrías que eran partidos machistas, por mucho que ahora se pongan la etiqueta de que no lo son”, argumenta. 

En el libro uno de sus personajes, que es homosexual, también se ve rechazado, esta vez por el PSUC. “Le niegan la entrada porque, dicen, los maricas están bien para ser mascotas, pero no para jugar un partido de tenis”, relata. La anécdota recuerda el caso del poeta Jaime Gil de Biedma, a quien Manuel Sacristán, líder intelectual del PSUC y el PCE, no le consideró aceptable para el partido porque, siguiendo la doctrina de Lenin, los homosexuales, en caso de detención, eran demasiado blanditos y no resistirían la tortura.

“Madrid tuvo La Movida, que lo acaparó todo, pero de Barcelona no se sabe nada”

Pilar Eyre asegura que pretende poner “la letra a pie de página que no sale en los libros de historia” con esta novela, narrando la intimidad de las personas que lo vivieron, muy especialmente las mujeres. “Madrid tuvo La Movida, que lo acaparó todo, pero de Barcelona no se sabe nada”, argumenta. “No me veía reflejada en ningún sitio, comentario o algún libro. ¿Dónde están mis amigos? ¿Y el mundo que conocí?”, añade. Recuerda, por ejemplo, a una amiga de belleza espectacular a quien llamaban la Sofía Loren de los hippies, a la que esa época de cambios destruyó y que ha inspirado algunas de las vivencias que narra en la novela.

Uno de los personajes es Norman, un adinerado y atractivo amigo de Silvia involucrado en la lucha obrera y la revolución. Eso sí, con un Rolex en la muñeca y desde la comodidad de su piso en una zona privilegiada de Barcelona. “He conocido a muchos ‘Normans’, que lo que querían era medrar a costa de la política”, lamenta.

También ha conocido a muchas Cármenes, que, como la madre de la protagonista, se ve obligada a cambiar los salones de baile y el palco en el Liceo por la cola de visitas de la cárcel. “Esas madres que clásicas, con sus moños a lo que Grace Kelly, que iban a Llongueras y se vestían con sus trajes de Andrés Andreu, que acabaron haciendo cola junto a las gitanas, con perdón, para comunicar con sus hijos, madres como la de Miguel Boyer, por ejemplo", evoca.

“Todas estas mujeres contribuyeron a cimentar lo que somos ahora”

Pilar Eyre quiere que se las recuerde, que las mujeres lean su libro para saber de dónde venimos y también los hombres, para que sepan en qué se ha convertido el mundo. "Todas estas mujeres contribuyeron a cimentar lo que somos ahora”, subraya. “El libro las refleja y me refleja a mí misma. Yo tengo la misma edad de la protagonista, entré en la universidad también en 1968, el mismo año que entró ella, estudié la misma carrera y me pasaron muchas cosas que le pasaron a ella y a ella le pasaron otras cosas que no me pasaron a mí”, añade.

Junto a los personajes de ficción desfilan por las páginas de ‘Cuando éramos ayer’ diversas personalidades de la época: Francisco Franco, su hija Carmencita, Macià Alavedra, del Frente Nacional de Catalunya, Juan Raventós, del Partido Socialista de Catalunya, Josep Andreu y Abelló, uno de los fundadores de Esquerra Republicana de Catalunya y el omnipresente en el universo Eyre, el rey emérito Juan Carlos I.

“Don Juan Carlos siempre tiene que salir en mis libros igual que en el cine de Berlanga siempre sale el imperio autrohúngaro”, explica con ironía. “La protagonista está comiendo en el Vía Véneto con un hombre y se muere de risa porque ve salir de un comedor privado al entonces príncipe con una señora que no era Sofía. Su acompañante le dice que sabe quién es esa señora, yo también lo sé y si lee el libro, ella también lo sabrá”, asegura enigmática.

Entre las personalidades a las que Pilar Eyre ha enviado el libro está la reina Letizia y, en respuesta, ha recibido un mensaje de agradecimiento: “Es una persona muy educada”. Le preguntamos si ha enviado el libro a Abu Dabi, donde vive en la actualidad el rey Emérito. Se ríe: “¡Juan Carlos no ha leído un libro en su vida! Me consta que lo único que le ha interesado de lo que yo he escrito es que se había acostado con 1.500 mujeres”.

Camilo José Cela tenía un 'negro' que escribía sus entrevistas para Interviú

Pilar Eyre se siente cómoda en la literatura y también en el periodismo. Pero puntualiza que se trata de dos oficios completamente distintos. “Hay grandes periodistas que luego no saben manejarse escribiendo un libro y al revés”, sentención. Como ejemplo puso a Camilo José Cela, a quien contrataron en la revista Interviú para hacer entrevistas a destacadas personalidades. “La primera entrevista la escribió él, fue a comer y luego nos pasó unas cuartillas que, a lo mejor ni siquiera las había escrito él. Lo que voy a decir quizá os parezca una barbaridad, pero lo que escribió era impublicable. Se decidió que le acompañara un periodista que se recorrió junto a él restaurantes fantásticos de toda España, comían lo más caro, bebían lo mejor... Y el pobre periodista al que no le hacían caso estaba ahí, tomando notas y grabando con el magnetofón”. Este periodista era quien escribía después el texto.

'Cuando éramos ayer' empieza como una crónica de sociedad, con sentido del humor e historia romántica, hasta convertirse en un relato duro, con pasiones desatadas y trágicas aventuras. Empieza en 1968, con la presentación en sociedad de Silvia Muntaner, la hija de una familia burguesa en decadencia. La joven adquiere un papel activo en la lucha antifranquista al tiempo que se va distanciando de su madre. Sin embargo, ambas mujeres son las dos caras de la misma moneda. Las dos vivirán una profunda transformación, al igual que el mundo que les rodea, y se rebelan contra el destino que les viene impuesto.