La presentadora de televisión Irma Soriano ha recordado el aniversario de la muerte de Ana Orantes, víctima de la violencia de género. La presentadora de Canal Sur la entrevistó unos días antes de su muerte y cuando se cumplen 22 años de su asesinato su entrevistadora la ha recordado en su cuenta personal de Instagram, con este mensaje:
“A las 16:30h Ana Orantes ya estaba sentada en ese sillón. Hoy hace 22 años que tres mujeres andaluzas, valientes, vinieron al espacio que dedicábamos a historias de vidas, dentro del programa De Tarde en Tarde, que presentaba. En Canal Sur quisieron alzar sus voces y denunciar públicamente el infierno por el que estaban pasando, en el caso de Ana, demasiados años de angustia, dolor, rabia, terror, profunda pena por sus hijos, golpes físicos y psíquicos y mucho más. 40 años, una viva no vivida. Vino al programa con su hija Raquel, alma mía. Contó su testimonio con tanta claridad que nos encogía el alma. Tal vez sentía que todo ese infierno ya formaba parte de su pasado, del suyo y del de tus hijos, a pesar de ser obligada a compartir vivienda con ese que amenazaba con matarla algún día. A pesar de las 15 denuncias puestas. A pesar de sonreír cuando me contó que había vuelto a estudiar, que iba a la escuela de adultos y su sonrisa inundó el estudio de esperanza. Pero la esperanza se debió quedar en el sillón. Acabó el programa y volvió con su hija a casa. La muerte le rondaba y nadie hizo nada. Solo él. Dejó pasar unos días y el 17 de diciembre de 1997, al mediodía acabó con la vida de Ana Orantes. Ella con su vida no vivida y su terrible final nos marcó un camino. Ya nada fue igual. Nada es igual. Ana se convirtió el código penal, se le puso nombre a este tipo de violencia que asesina a mujeres y deja a demasiados huérfanos, víctimas directas de esta lacra a la que solo podemos hacer frente junto, mujeres y hombres y que chicas y chicos, niñas y niños sean educados en igualdad. Es nuestra responsabilidad educar en igualdad. Es responsabilidad de los colegios enseñar, instruir a los alumnos en igualdad. Es responsabilidad de los gobernantes ofrecer a las víctimas la seguridad de que no deben temer por sus vidas. Un sistema judicial que no tenga ningún vacío legal que se vaya llenando con las lágrimas de las madres de las asesinadas. Profesionales de la justicia suficientemente preparados. Queda mucho camino y ni un minuto que perder.”
Junto al emotivo texto, Irma Soriano publicó una foto del sillón donde por aquel entonces se sentó Ana Orantes. Su asesinato pasó a la historia. La sociedad empezó a despertar del letargo y empezaron a condenar la violencia machista como tal. El tratamiento informativo de estos hechos inmediatamente pasó a ocupar las páginas de sucesos a las de sociedad, de ocupar una columna en mitad de una página a copar titulares. Y, sobre todo, dejar de tratarlos como hechos aislados y verlo como un verdadero problema social.
