Este martes por la noche el invitado a El Hormiguero fue Mario Casas. Junto a una legión de fans que le vitoreaban desde el público, el prolífico actor español tenía como misión promocionar la película Adiós, dirigida por Paco Cabezas y que se estrena ante el gran público este viernes.

Nunca una entrevista de promoción había resultado tan incómoda. Las redes sociales se hicieron eco de las constantes meteduras de pata del presentador del espacio de Antena3. Sin preparar y soltando una retahíla de preguntas que incendiaban internet a su paso Pablo Motos no dejó indiferente a nadie. Tampoco al actor.

Pocas fueron las preguntas que tenían algo de sentido. Una hora de programa en el que se apreció que Casas, dentro de que esquivó a la perfección el rumbo que quiso fijar su entrevistador, se encontraba perplejo. Nada más entrar, y a los pocos minutos de que todo arrancara, Motos hizo hincapié en la gorra que llevaba Mario Casas durante la entrevista. Aquello no gustó al entrevistador, que trató, por activa y por pasiva, de que se la quitara.

El actor no estaba por la labor, ya que, como explicó, está gravando El Practicante, película de Netflix donde ha tenido que volver a perder muchísimo peso y, además, le han rapado la cabeza de una forma muy poco ortodoxa. Él lo explicó. Lo volvió a explicar. Pero Motos continuó a lo suyo.

Las preguntas sobre la interpretación de la película fueron nulas. No se habló del resto del reparto -en el que destacan Natalia de Molina, Ruth Díaz y Carlos Bardem-, tampoco de los futuro proyectos del actor coruñés. 2 minutos de tráiler y un sindiós que aguantar.

Pero el momento de máxima expresión de la degeneración de la conversación fue cuando Pablo Motos, intentando ser chistoso, le preguntó que si, con sus constantes bajadas de peso (“pasas de anoréxico a gordinflas”) también le decrecía la picha. No, no es broma.

 

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