Las últimas acciones y declaraciones de Israel han generado multitud de suspicacias en el entorno internacional. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, emprendió una gira por Oriente Medio para estrenar la legislatura y abordar el conflicto desde una perspectiva diplomática en pos de encontrar vías para la negociación.

Sin embargo, sus palabras afeando el elevado número de civiles palestinos asesinados por el Ejército israelí y su petición de reconocer el Estado de Palestina han sido tomadas por Israel como un "apoyo al terrorismo de Hamás", a pesar de llevar desde el inicio del conflicto defendiendo el derecho legítimo de Israel a defenderse dentro del derecho internacional. Que la más mínima discrepancia suscite acusaciones de este calado está siendo objeto de críticas por parte de políticos, organismos internacionales y periodistas, como Fran Sevilla, de Radio Nacional Española.

"Ha llegado el momento de decirlo. El gobierno israelí es un gobierno supremacista que busca una nueva limpieza étnica de lo poco que ha quedado de la Palestina histórica que ya sufrió la limpieza étnica sionista con antelación", ha publicado, poco después de que el Gobierno de Netanyahu profiriera feas acusaciones contra Pedro Sánchez y contra su homólogo belga, Alexander de Croo, por mantener posturas geopolíticas ligeramente díscolas con sus intenciones.

Cabe recordar que el conflicto palestino-israelí tiene su orgien hace más de 70 años. Desde su entrada en una nueva fase el pasado 7 de octubre, más de 14.000 civiles palestinos han muerto bajo las bombas israelíes y otros muchos miles han resultado heridos, además de ver vulnerados sus suministros eléctricos y alimenticios, bloqueos que incurren en violaciones del derecho internacional. 

 

Ni la más mínima discrepancia

Las palabras de Sánchez fueron tomadas de inmediato como unas declaraciones cómplices con las acciones de Hamás, a pesar del reiterado apoyo de España a la causa israelí desde el inicio del conflicto, con el único matiz del respeto al derecho internacional y el abogar por una solución pacífica para ambos estados. Tuvo que salir José Manuel Albares a explicar posturas que, a ojos externos, son más que evidentes:

"Estamos hablando de miles y miles de muertos civiles palestinos, incluidos niñas y niñas, y nuestra ayuda humanitaria tiene que ser para ellos", argumentó el titular de Exteriores, en términos muy similares a los empleados por el propio Sánchez en sus encuentros con el presidente israelí, Isaac Herzog, y con Netanyahu.

"España está y siempre estará en el campo de la paz y reclamará una conferencia internacional de paz que alumbre un Estado palestino realista y viable que coexista pacíficamente con Israel", argumentó, en la misma línea que lo hizo Pedro Sánchez en las palabras que hicieron enfadar a los sionistas.

"No hay nada novedoso, ni extravagante, ni extraño en todas estas propuestas", insistió Albares, al tiempo que aseguró que está "completamente convencido" de que estas ideas "representan el sentir unánime de todos los españoles".

Por otra parte, desde el PSOE argumentan que "el presidente ha expresado con claridad su condena al atentado terrorista de Hamás el 7 de octubre y la necesidad del cumplimiento del derecho internacional humanitario". Huelga recordar nuevamente que Sánchez y el propio PSOE han reconocido en múltiples ocasiones desde el estallido del conflicto el derecho de Israel a aplicar la legítima defensa, siempre y cuando lo hiciesen en el marco del mencionado derecho internacional, y que la llamada de atención al respecto del excesivo número de civiles asesinados no es una cuestión estrictamente española, sino algo en lo que numerosos organismos internacionales y naciones han puesto el foco. Sin embargo, para Israel, hacer una puntualización como esta a sus acciones, que se antoja incluso lógica si lo que se busca es encontrar soluciones pacíficas al conflicto, es considerado compadrear con el terrorismo.