Cuando queda menos de un mes para las celebraciones por el Día del Orgullo LGTBI en todo el país, especialmente en Madrid, los preparativos son pocos. No obstante, aún se están dando casos de homofobia que evidencian que la lucha por los derechos sigue siendo necesaria. Por este motivo, Carles Francino ha entonado una reflexión que no ha dejado indiferente a nadie.

En los micrófonos de La Ventana, programa de Cadena Ser, el periodista ha querido hacer mención a la agresión a una mujer trans este fin de semana en el Metro de Barcelona. “Hay momentos en los que, o ponemos pie en pared, o nos arrollan. O nos prestamos a la crecida de la marea, o nos podemos ahogar. Estoy hablando de derechos, no de ideas”, ha señalado para comenzar.

“En España, como en tantas otras partes, está avanzando una ola reaccionaria que ni entiende ni respeta la diversidad sexual y que cada vez se manifiesta con menos prejuicios”, ha sido en este momento cuando ha empezado a leer titulares de prensa que evidenciaban las últimas agresiones LGTBIfóbicas, como el ataque hacia una mujer trans en el Metro de Barcelona o los insultos homófobos a dos futbolistas por acudir a una boda con bolso.

“Hay hechos que no se pueden archivar. Esto no va de ideas, ni de gustos, ni de preferencias, ni de opiniones. Esto va de derechos”, ha insistido Francino. “Si no reaccionamos cuando pisotean los derechos de alguien en algo tan básico, entonces estaremos jodidos de verdad”, ha zanjado.

Brutal agresión a una mujer trans

En la noche del pasado sábado, aconteció en el Metro de Barcelona una violenta escena que no ha tardado en viralizarse en redes sociales. Según precisaron los testigos en estas plataformas, la víctima del ataque entró al vagón con un ya marcado estado de nerviosismo y, acto seguido, el agresor comenzó a criticar su vestimenta y a reírse de su apariencia.

El conflicto verbal empezó a trasladarse al físico, cuando el atacante comenzó a forcejear y golpear a la mujer: “¡Compórtate! ¿Quieres que te mate?”, le gritó. "Ahora salen algunos diciendo que ella fue la que empezó todo... no sé, a mí si se me ríen de mi forma de ser, lo que hizo ella para defenderse me parece incluso poco. Si la encontramos, y quiere denunciar, tendrá un testimonio de que ratificará todo esto, por parte de la persona que ha grabado el vídeo)", ha compartido el activista LGTBI Francisco Garrobo. 

En redes sociales como Twitter se criticó, siguiendo lo que reflejaban las imágenes, la pasividad de los pasajeros del mismo vagón, ya que la mayoría de ellos no intervinieron en la agresión para detenerla.

Debido a la dureza del vídeo, el Ayuntamiento de Barcelona activó el protocolo de actuaciones ante situaciones de discriminación por lgtbifobia, a la par que precisaron públicamente que la Oficina No Discriminació se puso “a disposición de la víctima”. Además, el Observatori Contra l'Homofobia de Barcelona condenó efusivamente el "episodio de violencia extrema y transfobica" registrando la incidencia y activando los protocolos correspondientes.

Violencia contra el colectivo LGTBI en España

Según los datos que aporta el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ante esta cuestión, son entre 3,3 y 3,8 las millones de personas que forman parte del colectivo LGTBI en España. De acuerdo con los resultados de un estudio elaborado en febrero por la agencia de investigación 40dB a través de una encuesta, hasta el 8,6% de las personas del colectivo ha resultado agredida en algún momento de los últimos cinco años. Al desgranar las respuestas de 800 personas, el 29% de ellas ha sufrido acoso durante el último lustro, el 27,5% ha sido discriminado, y el 8,6% ha sufrido agresiones y violencia física o sexual. 

“Hablamos de cerca de un millón de personas acosadas o discriminadas por su orientación sexual o identidad de género, y unas 300.000 personas agredidas”, explicó el secretario de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTBI), Ignacio Paredero. A su vez, más concretamente, el informe revela que las mujeres y las personas trans son las víctimas más comunes de estas violencias, y que los jóvenes y la población con menos recursos económicos sufren un riesgo mayor de padecer estos ataques.