El aumento de proclamas homófobas y racistas entre los jóvenes fue uno de los asuntos abordados en el programa Todo es mentira de Cuatro.  En la tertulia que mantuvieron el presentador Pablo González y sus colaboradores, se planteó la cuestión de si la generación joven está encontrando refugio en las ideas extremas ante el descrédito de la política tradicional. En este sentido, González quiso conocer la opinión de la influencer Marina Rivers, quien explicó alguno de las conclusiones que saca en torno a este asunto. 

Aunque los jóvenes siempre se han caracterizado por su cáracter reaccionario, por no sentirse amparados por las instituciones que les gobiernan o los políticos que les representan, rara vez se había dado una circunstancia como la actual en la que, en lugar de seguir apoyando el progreso social, un importante porcentaje, en su seguimiento de formaciones políticas que critican al sistema, han interiorizado discursos extremistas que, lejos de tener que ver con temas económicos, de infraestructura o electorales, cargan directamente contra colectivos que en un pasado reciente han sido discriminados y para los cuales ha sido una ardua tarea conseguir tener determinados derechos, como el colectivo LGTBI, las mujeres o los inmigrantes.

Marina Rivers ahondaba en esta situación encontrando un preocupante acercamiento de los jóvenes a este tipo de discursos, exponiendo considerar que, en relación a estas proclamas extremistas, "creo que los jóvenes somos más víctimas de esta ignorancia y de no darnos un poco cuenta hacia dónde llevan esos discursos''. Según la creadora de contenido, uno de los principales problemas reside en que este tipo de alegatos está muy presente en las redes sociales, donde más público joven e influenciable puede encontrarse, pudiendo hallar entre ellos algunos como el de "las tradwifes, calificando a las mujeres que son importantes y las que no, las que valen las pena y las que no, según cómo te comportas, cómo te vistes, cómo eres, cómo hablas''. Para Rivers, esta es una preocupante vuelta al pasado a la que se está dando lugar, pudiendo llegar a mermar avances sociales cuando, quizás, lo que habría que arreglar son fallas en el sistema.

Es como un poco volver a la tradición, a lo que ya no existía, el odio por el inmigrante, por la persona diferente, por la diversidad, mirar mal al último de la fila

La creadora de contenido mostraba temor en torno a los caminos que puedan tomarse en el futuro cercano en lo relativo a la sociedad. Para la creadora de contenido, el calado de estos discursos de odio pasa por el juego que hacen con grandes problemas estructurales que afectan a muchas personas y que vuelven complicadas sus vidas, como podrían ser las dificultades para acceder a la vivienda, por ejemplo. Rivers expresaba en el programa tener "mucho miedo" al avance de la extrema derecha y el retraso de derechos que podría provocar en personas del colectivo LGTBI, en las mujeres o en los inmigrantes, de los cuales, afirmó, dicen barbaridades. 

Proclamas que juegan con razonamientos, faltos de solidez, que generan desconfianza en torno al mantenimiento de determinados privilegios en un futuro cercado, lo que se conoce como el Estado del Bienestar. Dudas sobre la continuidad de unas cuentas económicas que puedan sustentarlo y que utilizan para introducir este tipo de mensajes con el que deslegetimar a determinados colectivos o, incluso, criminalizarlos para provocar rechazo en torno a ellos.

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