La International Energy Agency [IAE, agencia internacional de la energía] advierte de que la falta de inversión por parte de los países en renovables, como consecuencia de la crisis del Covid-19, puede tener un impacto negativo en las emisiones de CO2. “Los gobiernos de todo el mundo están desplegando una cifra sin precedentes de apoyo orientado a estabilizar y reconstruir sus economías, pero solo un 2 por ciento de ese gasto se está dedicando a medidas de energías limpias”, afirma la institución.

En su informe Sustainable Recovery Tracker que analiza y sigue las medidas de reconstrucción sostenibles acometidas por los distintos organismos, explican que “las sumas de dinero, tanto públicas como privadas, que están siendo movilizadas en todo el mundo para planes de recuperación se quedan muy cortas en lo que se necesita para alcanzar los objetivos de clima internacionales”.

Esta falta de recursos es particularmente pronunciada en economías emergentes y en desarrollo

Más desigualdad
Como era de prever, esta falta de recursos es “particularmente pronunciada en economías emergentes y en desarrollo, muchas de las cuales deben afrontar retos financieros particulares”.

De mantenerse los planes de gasto actuales, “las emisiones globales de CO2 alcanzarán niveles récord en 2023 y continuarán subiendo en los años siguientes”. La consecuencia es que “el mundo se alejará del camino hacia las cero emisiones en 2050 que la IEA marcó en su reciente hoja de ruta global”.

Muchos gobiernos tienen que transformar sus palabras en dinero

Reconstruir mejor
El director ejecutivo de la institución, Fatih Birol, asegura que “desde que la crisis del Covid-19 surgió, muchos gobiernos han hablado de la importancia de reconstruir mejor para tener un futuro más limpio, pero muchos de ellos todavía tienen que transformar sus palabras en dinero. A pesar del incremento en las ambiciones climáticas, la cantidad de fondos económicos para la recuperación que se están gastando en energía limpia son solo migajas del total”.

Según la IAE, los gobiernos han movilizado 16 billones de dólares en apoyo durante la pandemia, “la mayoría orientados a alivio financiero de emergencia para hogares y empresas. Solo el 2 por ciento del total se destina a transiciones hacia la energía limpia”.

La IEA y el FMI recomiendan un gasto global de un billón de dólares en renovables

Recuperación sostenible
En las fases iniciales de la pandemia, la institución publicó su Plan de recuperación sostenible -elaborado en colaboración con el Fondo Monetario Internacional [FMI]-, en el que recomendaba un gasto global de un billón de dólares en medidas para renovables.

Esa inversión, según sus cálculos, “aceleraría el crecimiento económico global, crearía millones de puestos de trabajo y pondría al mundo en el camino para alcanzar los objetivos de los acuerdos de París”.

Pero, el Sustainable Recovery Tracker pone de manifiesto que “todos los sectores clave destacados en el Plan de recuperación sostenible están recibiendo una atención inadecuada por parte de los legisladores”. Su investigación muestra que “los planes actuales de los gobiernos solo incrementarían el gasto público y privado en energía limpia alrededor de 350.000 millones hasta 2023 -solo un 35 por ciento de lo previsto en el Plan-“.

En las economías emergentes y en desarrollo, solo se ha presupuestado un 20 por ciento de las cifras recomendadas

A distinto ritmo
La IAE advierte de las disparidades que se están generando en este tipo de inversiones. En las economías emergentes y en desarrollo, solo se ha presupuestado un 20 por ciento de las cifras recomendadas.

Con respecto a estas diferencias, Birol ha afirmado: “No es solo que la inversión en energía limpia esté todavía lejos de lo que se necesita (…) es que no es suficiente siquiera para evitar que las emisiones globales alcancen un nuevo récord”.

Según sus palabras, “muchos países -especialmente aquellos en los que las necesidades son mayores- también carecen de los beneficios que generan unas inversiones en energía limpia bien planificadas, tales como un mayor crecimiento económico, nuevos puestos de trabajo y el desarrollo de la industria energética del futuro”.

Y señala como prioritario que los gobiernos “incrementen el gasto y la acción reguladora con rapidez para alcanzar los compromisos firmados en París en 2015”.

La buena noticia es que en 2020, la capacidad instalada de renovables se incrementó en un 45,1 por ciento, impulsada sobre todo por China, donde se generó la mitad de ese crecimiento. 

Nuestro compañero Borja García ha preparado una de sus infografías, con los principales datos de la evolución de las renovables en el mundo.

Todas las cifras de inversión en renovables