Oficinas de CDmon en Malgrat de Mar (Foto: CDmon)
En nuestro país, en los últimos tres o cuatro años, han proliferado los proyectos relacionados con las nuevas tecnologías, aunque muchas de esas startups limitan finalmente su existencia a menos de 12 meses. El caso de CDmon, especializada en el alojamiento web, es uno de los paradigmas del éxito de los nuevos tiempos tecnológicos. Sin embargo, antes de llegar a ser ejemplo para otras empresas han tenido que pasar unos años y algunas dificultades.
Sus fundadores se conocieron en el marco de un encuentro de aficionados a los juegos de rol. Crearon la empresa en el año 2002. Su espíritu emprendedor quizás fue el sostenedor de un proyecto al que llegaron tras desechar otras ideas.
Eran momentos complicados, en plena etapa post estallido de la burbuja Puntocom. Entonces, términos como aceleradora de startups, incubadoras o crowdfunding, por citar solo tres, no existían o solo se utilizaban allende los mares. A pesar de todo, los tres jóvenes catalanes decidieron apostar por su proyecto, CDmon.
Han pasado 12 años. Ahora, la compañía está posicionada en un lugar de privilegio en el sector de dominios y hosting web -tercera a nivel estatal-, y presenta cada año cifras destacadas. Tal vez una de las claves de su éxito se encuentre en “el trato personalizado y cercano con nuestros clientes”. A tenor de los resultados actuales, con 165.000 dominios registrados, más de 55.000 hostings y alrededor de 1.000 servidores, parece que funciona.
Con estas cifras, en poco más de una década, CDmon se ha convertido en uno de los líderes del sector en España con aproximadamente 45.000 clientes.
Jaume R. Palau, CEO de CDmon
Sin inversión extranjera
El proceso habitual de cualquier empresa de base tecnológica cuando nace es buscar y, en el mejor de los casos, encontrar financiación para la puesta en marcha, impulso y mantenimiento del proyecto. En los años en que esta compañía ubicada en plena costa del Maresme fue creada por Jaume R. Palau, su hermano Marc Palau y Josep Colominas, si llamabas la atención en tu nicho de mercado, podían aparecer los 'avispados' inversores extranjeros, aunque esto tampoco era fácil ¡ni mucho menos!
Sin embargo, también en este apartado, CDmon es una excepción ya que no ha dispuesto de dinero procedente de los cazatalentos o inversores de otros países.
Pensando en el más allá...
Desde su fundación en 2002 la sede de la compañía permanece en el pueblo barcelonés de Malgrat de Mar. En este tiempo han pasado de los 3 socios/trabajadores/chicosparatodo, a los 70 empleados actuales. Debido a la evolución de la empresa, sus responsables empiezan a pensar en el siguiente paso: la internacionalización.
En realidad, están ya inmersos en ella. Lo curioso es que, sabiendo que con seguridad llegaría como una etapa lógica en su proceso de desarrollo, son los clientes de otros países de Europa y Latinoamérica quienes han empezado a reclamar sus servicios. O lo que es lo mismo, ese fase de expansión internacional la inician casi 'obligados' por los clientes de otros lugares del mundo que quieren trabajar con ellos... Y todo “sin haber realizado ningún tipo de campaña publicitaria”, aclaran desde CDmon.
Trabajadores en el Data Center de Barcelona (Foto: CDmon)
Patrocinar la creatividad
Este es el reto para estos años. No obstante, como seña de identidad desde su nacimiento, las cabezas en CDmon no dejan de trabajar y, de forma paralela a la 'conquista' de mercados externos, promueven iniciativas como Promsite. Es otro de los proyectos de CDmon que persigue el patrocinio de hostings (hasta ahora superan los 650) para webs creativas que destaquen por su diseño. El propósito es “ayudarles a empezar y consolidar su trabajo. Que no tengan que preocuparse” por ese apartado.
Eso sí, cualquier cambio, novedad o proyecto en el seno de CDmon siempre estará imbuido de la filosofía que llevó a la fundación de la empresa: proximidad, transparencia y trato personalizado con el cliente.