María es la fundadora de una startup del sector de la educación. Su equipo está desperdigado por diferentes lugares del mundo: desde Munich hasta Barcelona. ¿Su puesto de trabajo? Un co-working. Para ella, la idea de una oficina en la que reunir a todo el equipo es impensable. “Yo concibo mi empresa como un co-working. Incluso si fuésemos 300 personas”, asegura.

Habrá quien piense que es la mentalidad de los más jóvenes. Pero no es así. Muchos de sus co-workers en Coolab, espacio de trabajo situado en Boadilla del Monte (Madrid) en el que María pasa su jornada laboral, son emprendedores de edades mucho más avanzadas. “Muchas empresas de gran envergadura se han percatado de que, para poder ser competitivas en la era digital, deben atraer y retener a profesionales cualificados que difícilmente se verán atraídos por un entorno de oficina tradicional”, asegura en su informe Disrupción o distracción publicado por uno de los líderes inmobiliarios del mundo, JLL.

Los profesionales cualificados difícilmente se verán atraídos por un entorno de oficina tradicional

Para quienes se deciden por esta opción, el peso principal de la decisión está en el plano económico y en el de la comodidad. “Lo tienes todo incluido, no tienes que preocuparte de cosas como la limpieza, acondicionar el espacio. Aquí tienes un espacio que es bonito, agradable, donde puedes estar tranquilamente trabajando”, explica María.Y no solo eso, para ella también el aspecto social es muy importante: "Lo que me encanta de los co-workings precisamente es ese sentimiento de pertenencia a una comunidad, la posibilidad de generar sinergias".

 Cruz Cámara, responsable del departamento Comercial y Publicidad de Coolab. Foto: @jorchalon

Crecimiento futuro

No es de extrañar que el futuro del sector sea más que halagüeño. “El parque europeo de espacio flexible crecerá un 25%-30% anual de media en los próximos cinco años”, afirman los autores del estudio publicado por JLL.

“Por menos de cien euros al mes, tienes todos los servicios y toda la flexibilidad posible, porque nos adaptamos a la necesidad de cada uno. Incluso las salas de reuniones o un espacio polivalente con capacidad para 50 personas”, explica Cruz Cámara, responsable del departamento Comercial y Publicidad de Coolab. “Es una opción por la que se están inclinando ahora muchos prejubilados o personas que han salido de grandes compañías con 40 o 50 años, que no quieren trabajar en sus casas”.

Tardo menos en llegar a Boadilla que a cualquier lugar del centro, porque voy al contrario del atasco

Comodidad

La comodidad es, sin duda, uno de los aspectos que destacan los co-workers. María vive en Madrid y, sin embargo, “tardo menos en llegar a Boadilla que a cualquier lugar del centro, porque voy al contrario del atasco. Y puedo aparcar sin problemas”.

Otra de las ventajas que valoran las casi treinta empresas clientes de Coolab es la posibilidad de ampliar el espacio. “Hay muchas que empiezan con un par de puestos, pero luego van creciendo y quieren un despacho para cuatro o seis personas, por ejemplo. Como todos son panelables, los adaptamos a lo que necesiten”, explica Cámara.

Según JLL, la rápida expansión del espacio de oficinas flexible “se ve apuntalada por los cambios evolutivos en la forma, el momento y el lugar en que trabajan las personas, junto con las variaciones en los estilos de vida. La proliferación de la informática en la nube, las redes privadas virtuales (VPN, por sus siglas en inglés), el Wi-Fi de alta velocidad y la conexión 4G (que pronto evolucionará a 5G) conlleva que el trabajo típico de oficina pueda desempeñarse en cualquier momento y lugar”.