“Incluso durante las fases más tensas de la Guerra Fría, las potencias nucleares redujeron significativamente su arsenal nuclear. Había amplio consenso en contra de su utilización y la proliferación de las armas nucleares y los ensayos nucleares. Hoy día, corremos el riesgo de olvidar lo que aprendimos de lo que sucedió en 1945". Esta es la llamada de atención de Antonio Guterres, secretario general de la ONU.

La organización advierte de que “el riesgo nuclear por el que tanto se ha luchado para erradicar a lo largo de estas últimas décadas está hoy más latente que nunca”.

Desde que los ensayos nucleares empezaron en 1945, se han ejecutado más de 2.000 pruebas

Un riesgo más latente que nunca

Según datos de la institución, desde que los ensayos nucleares empezaron en 1945, se han ejecutado más de 2.000 pruebas, que han dejado "consecuencias devastadoras para la Humanidad".

En los primeros años de esta práctica, se prestó poca atención a sus efectos y al peligro de las lluvias radiactivas derivadas de los ensayos en la atmósfera.

La ONU afirma que “hoy, la historia nos ha demostrado que las tragedias humanas y medioambientales resultantes de este tipo de pruebas justifican la necesidad de conmemorar el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares, más aún si tenemos en cuenta que las armas atómicas contemporáneas son cada vez más poderosas y destructivas”.

Solo Corea del Norte ha realizado ensayos en este milenio

Optimismo

Sin embargo, queda lugar para el optimismo. Como las propias Naciones Unidas señalan, hemos pasado de más de 2.000 pruebas entre los años 1945 y 1996 a una decena desde que el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares fuera aprobado por la Asamblea General. Solo un país ha realizado ensayos en este milenio: Corea del Norte.

La primera prueba norcoreana se produjo en 2006 y, desde entonces, ha realizado varias más. La última de la que se tienen noticias tuvo lugar en 2017.

Además, para paliar el problema, existen más de 300 estaciones de vigilancia repartidas por todo el mundo capaces de detectar explosiones nucleares.

Vivimos tiempos peligrosos

Tiempos peligrosos

Pero no todo son buenas noticias: “Vivimos tiempos peligrosos”, aseguraba ya en 2018 Guterres en el prólogo de Asegurar nuestro futuro común, la agenda para el desarme de la ONU.

Según el secretario general, hay “conflictos de larga duración” que “están causando un sufrimiento humano inenarrable. Y llama la atención sobre la proliferación de grupos armados, “equipados con un enorme arsenal”.

Una situación a la que se une el incremento en “el gasto militar global y la competencia en armamento”. Y la dificultad para promover el diálogo en un mundo cada vez más complejo y multipolar: “Los mecanismos para el contacto y el diálogo que una vez ayudaron a reducir las tensiones entre las dos superpotencias se han erosionado y han perdido su relevancia”.

Las tensiones no pueden solucionarse con más armas

Un largo camino

Llegar hasta aquí no ha sido fácil. “A lo largo de la Historia, los países han buscado el desarme para construir un mundo más seguro y para proteger a las personas de cualquier daño”, explica Guterres.

Por eso, las Naciones Unidas han luchado “desde su fundación” por el desarme y el control de armas, para prevenir crisis y conflictos armados: “Las tensiones acumuladas y los peligros solo pueden ser resueltos a través del diálogo político serio y la negociación; nunca con más armas”.

Las tensiones de la guerra fría han vuelto

La nueva guerra fría

Como explica la ONU en su agenda par el desarme, “las tensiones de la guerra fría han vuelto, pero en un entorno mucho más complejo y peligroso”.

La organización advierte de que “los conflictos armados son cada vez más frecuentes, largos y devastadores para la población civil”. Y se mezclan con “violencia extremista, terrorismo, milicias organizadas y elementos criminales, equipados con diferentes tipos de armas”.

Salvar a la Humanidad

Los costes de la inseguridad provocada por esta situación “son enormes”. Según datos de la institución, el gasto en diferentes formas de violencia y presupuesto militar global se sitúa “a su nivel más alto desde la caída del muro de Berlín”.

Naciones Unidas advierte de que “la existencia de armas nucleares supone una continua amenaza al mundo. Su eliminación total solo puede ser conseguida a través del refuerzo del diálogo, negociaciones serias y la vuelta a una visión común que dirija hacia el desarme nuclear”.

Por eso, insta a “los estados que poseen armas nucleares” a avanzar en su reducción, asegurar su no-uso, reducir su papel en las estrategias de seguridad, su disponibilidad operativa y el desarrollo de nuevos tipos de armamento de esta clase.

“Todos los estados deben trabajar juntos para dar pasos concretos e irreversibles para prepararnos para un mundo sin armas nucleares”, demanda la ONU.