El Partido Popular (PP) y sus satélites mediáticos comparten estrategia contra el Gobierno de Pedro Sánchez con delincuentes. Las cabeceras de referencia de la derecha mediática acreditan diariamente a voces dispuestas a cantar, que prometen tener muchas pruebas contra el Gobierno, que saltan de un tema a otro y que finalmente -hasta el momento- no aportan pruebas para dar soporte a sus ataques.
El caso más palpable es el del comisionista Víctor de Aldama, conseguidor de la trama que involucra a José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, en el marco de los contratos irregulares de mascarillas a cambio de mordidas durante la pandemia del Covid.
Aldama se ha paseado por platós como el de Ana Rosa Quintana y ha ocupado portadas de la derecha mediática con advertencias, que en última instancia siempre se han quedado en eso, contra el Ejecutivo central.
En tono amenazante dijo que el ministro Ángel Víctor Torres, “estaba obsesionado” con obtener una cartera ministerial al cambio de supuestos favores que estaba haciendo al Gobierno cuando ejercía de presidente de Canarias. “Debería estar preocupado”, señalaba.
Ahora amparan sus versiones
A ello hay que sumar que en la última semana, aunque es algo que viene de lejos, la prensa conservadora ha sido con especial fuerza eco del exministro de Transportes y de la que fuera su persona de máxima confianza.
A los artículos dedicados en los distintos medios y las respuestas dadas en redes sociales por parte de periodistas de la derecha mediática pidiendo directamente la dimisión de Sánchez ante las -por el momento- elucubraciones de Ábalos, se suman otros ejemplos, siendo seguramente el ejemplo más evidente el de la entrevista que concedió su asesor en Okdiario antes de pasar por el Supremo.
Señor presidente del Gobierno, @elespanolcom nunca miente.
— Jorge Calabrés (@JorgeCalabres) November 26, 2025
Debe dimitir hoy mismo, @sanchezcastejon. https://t.co/eTqnQjAIaN
En ella, el asesor del predecesor de Óscar Puente acusó en una conversación con Eduardo Inda de haber escuchado al responsable del Ejecutivo y a su suegro haber aportado “100.000 euros para las primarias” del partido.
García acusó al también secretario general de los socialistas de utilizar “a conocidos, simpatizantes y a inmigrantes que eran afiliados del partido”, así como a “algunos que no eran afiliados y eran simpatizantes”, migrantes de “todas las nacionalidades”, entre las que se encontraban personas “rumanos, marroquíes y sudamericanos”.
"Lo que decían es que se había conseguido un millón de euros. Pero yo no lo puedo decir porque mis conocimientos no daban para estar en el departamento que llevaba los ingresos y las donaciones. Yo no entraba en eso", apuntalaba. Nada de esto ha sido demostrado nunca, pero la derecha y la ultraderecha mediática han aprovechado para airear algo que no son datos ni se parece a la información.
El primero en pasar por el tribunal fue Ábalos, quien la Fiscalía pidió prisión provisional e incondicional, sin fianza. Consideraba que ahora sí existe riesgo de fuga, dado que el que fuera trabajador de Moncloa se enfrentaba a 30 años de prisión por los presuntos amaños en la adjudicación de contratos públicos para la adquisición de material sanitario. Ábalos aseguro en las primeras reacciones que “alucinaba” con la petición porque no se va a fugar, ni tiene dinero, ni dónde ir.
También solicitaba en primera instancia cárcel sin fianza para la que ejercía como persona de su máxima confianza. En cualquier caso, debía ser el magistrado Leopoldo Puente el que tome la decisión, habiendo en ocasiones anteriores el juez asumido la tesis de Anticorrupción.
Lo que dio rienda suelta a las respuestas más agresivas de los medios de comunicación alineados con la derecha en favor de la versión del exministro de Transportes se correspondía con una supuesta reunión entre Sánchez y el portavoz de Bildu, Arnaldo Otegi, en aras de la moción de censura de Mariano Rajoy.
Los de Feijóo dan por buena una reunión de la que no hay pruebas
La derecha criticó sin pensarlo desde el Congreso de los Diputados que la moción a Rajoy se negociara “en un casería con un terrorista”, algo que tanto Sánchez como Otegi y sus respectivos equipos de partido desmintieron,
Los ‘populares’ apostillaron que el Ejecutivo tenía que dar explicaciones del encuentro y que Ábalos sabía que “para reducir su condena debe colaborar”. “Si Ábalos entra en prisión sería un golpe de suerte, de los cuatro del Peugeot, hay tres en la cárcel y se ha salvado él. Un golpe de suerte”, acentuaba sobre el presidente del Gobierno.