La crisis climática podría hacer caer a 120 millones de personas más en la pobreza en 2030, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo  [PNUD]. “Eso significa 120 millones de hombres, mujeres y niños abandonados, 120 millones de sueños frustrados, 120 millones más de seres humanos atrapados en la trampa eterna del desplazamiento, el hambre, el conflicto y la desigualdad”, afirma la institución.

Según cifras del último informe sobre el impacto del cambio climático [IPCC Report], elaborado por 270 personas expertas, procedentes de 67 países, más de 3.000 millones de personas “son altamente vulnerables al cambio climático. África y las islas pequeñas, en especial, están afrontando retos relativamente severos”.

La ventana de oportunidad para alcanzar los ODS se está cerrando rápidamente

El tiempo apremia

El PNUD asegura que “la ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente” si queremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS] y las metas marcadas en los acuerdos de París.

“La estrategia de futuro del PNUD es acelerar la acción por el clima a través de la creación de las coaliciones necesarias para un cambio transformador a nivel, nacional, regional y global; y apoyar a los países y comunidades para invertir en las prioridades de adaptación, incluido el acceso a diferentes fuentes de financiación”, afirma Srilata Kammila, máxima responsable de Adaptación al Cambio Climático de esta institución.

Además, llama a “acelerar la acción para la adaptación, sin abandonar a nadie, con la participación de la sociedad civil, las ONG, mujeres, jóvenes y comunidades vulnerables y marginadas”. Para conseguirlo, es preciso recurrir a la “ciencia y los datos” que proporcionen información válida para la toma de decisiones en cuanto a políticas e inversión.

Por último, Kammila explica que es preciso “catalizar el conocimiento local, la tecnología y la innovación”, además de buscar acuerdos entre los sectores público y privado.

Las personas y los ecosistemas con menor capacidad de respuesta son los más afectados

Dos décadas de trabajo

El PNUD lleva los últimos 20 años promoviendo proyectos para fomentar la adaptación al cambio climático: en total, 157 iniciativas en 75 países, que han generado más de 562 millones de dólares en financiación internacional, a los que hay que sumar otros 2.200 millones procedentes de sus socios.

Sin embargo, esos esfuerzos no parecen haber sido suficientes. Según el IPCC, el cambio climático supone “una amenaza para el bienestar de la humanidad y la salud del planeta”, está provocando “una disrupción peligrosa y generalizada en la naturaleza y está afectando la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, a pesar de los esfuerzos desplegados para reducir los riesgos. Las personas y los ecosistemas que tienen la menor capacidad de respuesta son los más afectados”.

El cambio climático constituye una amenaza cada vez más grave

El peligro de la inacción

Según Hoesung Lee, presidente del IPCC, “en el informe se demuestra que el cambio climático constituye una amenaza cada vez más grave para nuestro bienestar y la salud del planeta. Las medidas que se adopten en el presente determinarán la forma en que las personas se adaptarán y cómo la naturaleza responderá a los crecientes riesgos climáticos”.

El documento concluye que en las próximas dos décadas el planeta afrontará “diversos peligros climáticos inevitables con un calentamiento global de 1,5 grados centígrados”. Incluso si se supera temporalmente este nivel de calentamiento, “se generarán impactos graves adicionales, algunos de los cuales serán irreversibles. Se incrementarán los riesgos para la sociedad, en particular para la infraestructura y los asentamientos costeros de baja altitud”.

El aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya ha superado los umbrales de tolerancia

Consecuencias

El IPCC hace hincapié en la urgencia: “El aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya ha superado los umbrales de tolerancia de las plantas y los animales y ha provocado la mortalidad en masa de diversas especies, como árboles y corales”.

Las consecuencias son dramáticas para muchas comunidades: “Millones de personas han quedado expuestas a una situación de inseguridad alimentaria e hídrica aguda, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, así como en islas pequeñas y el Ártico”.

El panel de expertos asegura que “a fin de evitar una mayor pérdida de vidas, biodiversidad e infraestructura, es preciso tomar urgentemente medidas ambiciosas de adaptación al cambio climático y, a la vez, lograr reducciones rápidas y pronunciadas de las emisiones de gases de efecto invernadero”.

Según esta última edición del informe, “los avances en materia de adaptación son dispares, y las brechas entre las medidas adoptadas y lo que se necesita para hacer frente a los riesgos crecientes son cada vez más profundas. Estas brechas son mayores entre las poblaciones de menores ingresos”.

“Los ecosistemas sanos son más resilientes al cambio climático y prestan servicios indispensables para la vida, como el suministro de alimentos y agua limpia”, afirma Hans-Otto Pörtner, copresidente del Grupo de Trabajo II del IPCC. “Al restaurar los ecosistemas degradados y conservar, con eficacia y equidad, entre el 30% y el 50% de los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce, la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono, y podemos acelerar los avances en la consecución del desarrollo sostenible, pero es fundamental contar con el apoyo financiero y político adecuado”.