No todas las niñas y niños disfrutan de las fiestas. En 2019 [que son los últimos datos disponibles, según UNICEF], 33 millones tuvieron que abandonar sus hogares por “conflictos, pobreza o cambio climático” o “con la esperanza de encontrar una vida mejor”, según la organización internacional.

Además, la institución señala que “demasiados de ellos encuentran peligro, detenciones, privaciones y discriminación en sus viajes, en el destino o a su regreso”.

El sufrimiento y la exclusión no solo es inaceptable, sino que también se puede prevenir

No tiene que ser así

Pero, según UNICEF, “no tiene que ser así”. De hecho, asegura que “el sufrimiento y la exclusión de niños migrantes y desplazados no solo es inaceptable, sino que también se puede prevenir”.

Y asegura que su situación no cambia ni su naturaleza, ni cómo deben ser tratados: “Un niño es un niño, sin importar por qué ha dejado su hogar, de dónde viene, dónde está o cómo ha llegado allí. Cada niño merece protección, cuidado y todo el apoyo y servicios que necesita para progresar”.

Las niñas y niños migrantes a menudo no tienen acceso a la educación y cuidados médicos necesarios

Más amenazas

Pero no es lo único que pone en riesgo la felicidad de las personas más pequeñas. “El COVID-19 presenta otra amenaza más para los niños desarraigados”, explica UNICEF. Sobre todo, por el hacinamiento en que viven, “que los hace más vulnerables a enfermedades infecciosas”, a lo que hay que sumar “la desinformación” sobre el tema, “que exacerba la xenofobia y la discriminación que muchos de ellos ya sufren”.

Además, se cierne sobre niñas y niños la espada de Damocles del trabajo infantil, el matrimonio temprano, la obligación de dedicarse al contrabando y el tráfico de personas. “A menudo, se pierden la educación y los cuidado médicos apropiados; y no tienen fácil sentirse en casa en las comunidades a las que llegan”, señala la institución.

Las consecuencias son “a largo plazo”, tanto en el plano físico como en el psicológico y pueden privar a los niños y niñas migrantes de “alcanzar todo su potencial”.

Las niñas y niños deberían estar a salvo de la violencia

Acuerdo global

Las niñas y niños “deberían estar a salvo de la violencia y poder crecer con sus familias. No deberían perderse el colegio ni tener miedo de ir al médico. No deberían sufrir discriminación por su origen. Deberían poder sentirse en casa dondequiera que estén y dondequiera que esté su casa”, afirma UNICEF.

Por ese motivo, se ha impulsado el Acuerdo global sobre los refugiados, que “pone los cimientos para una respuesta internacional más fuerte, predecible y equitativa a las grandes situaciones de los refugiados”.

El acuerdo fue adoptado en 2018 establece una hoja de ruta para que la población migrante sea incluida en los sistemas, sociedades y economías de sus naciones de destino, para que puedan “contribuir en sus nuevas comunidades y asegurar sus propios futuros”.

Tiene cuatro objetivos clave: reducir la presión en los países receptores; incrementar la autoconfianza de los refugiados; expandir el acceso a los reasentamientos y otras soluciones; y apoyar las condiciones en las naciones de origen para que puedan retornar con seguridad y dignidad.

La condición de migrante infantil nunca debería ser una barrera

Soluciones

UNICEF plantea seis acciones para proteger a las niñas y niños migrantes. La primera es cambiar las causas del desarraigo. “Los conflictos, la violencia persistente, la pobreza extrema y las desventajas alejan a millones de menores de sus hogares”, indica la organización.

Esos esfuerzos incluyen el acceso a la educación, el refuerzo de la salud, los sistemas de protección infantiles y redes de seguridad sociales, la expansión de oportunidades para los ingresos familiares y el empleo juvenil, además de facilitar la resolución pacífica de conflictos y la tolerancia.

Otra de las palancas para solucionar el problema es ayudar a niños y niñas a seguir en la escuela y a mantenerse saludables. “La condición de migrante infantil nunca debería ser una barrera para acceder a los servicios básicos”, afirma la organización.

Además, es preciso mantener a las familias juntas y dar a la población infantil de un estatus y una identidad legales. Algo, que va ligado a la necesidad de poner fin a la detención de menores migrantes y a la lucha contra la xenofobia y la discriminación. Por último, es imprescindible protegerlos de la explotación y la violencia.