Ya avisábamos en la primera noticia que publicamos sobre esta COP25, que se trataba de una Cumbre maldita y de la que podríamos esperar todo y nada. Un encuentro marcado por el desencuentro, con una zona azul repleta de políticos y una zona verde en la que los activistas se remangan para poner en marcha acciones, en muchas ocasiones con más voluntad que acierto. Una Cumbre detrás de la cual se esconden miles de millones de personas que sufren las consecuencias del cambio climático hasta tal punto que sus vidas están en riesgo. En la que investigadores, oenegés y agencias de Naciones Unidas ponen también su granito de arena por ayudar aquienes más lo necesitan y ofrecer soluciones viables y eficaces. 

Pero, sobre todo, ha sido una Cumbre para sacar conclusiones. Aquí van las nuestras. Aviso: este es nuestro análisis, otros harán el suyo. Ustedes créanse el que prefieran. 

Nuestras conclusiones sobre la COP25