Hace dos años, un grupo de científicos llamó la atención acerca del peligro que supondría para el ser humano la desaparición de las abejas. Todo se debió a un fenómeno registrado en EEUU, donde se detectó que de los aproximadamente 5 millones de ejemplares en 1988, se pasó a la mitad en un cuarto de siglo.

Albert Einstein ya advirtió en su momento de que, en caso de esta especie dejara de existir, al hombre, como especie, le quedarían apenas “cuatro años de vida”.

La afirmación, sin saber si es exagerada, probablemente no esté muy alejada de la realidad, sobre todo si se tiene en cuenta que las abejas y su polinización son fundamentales para la gran mayoría de alimentos que ingerimos, por no hablar de su sello vital para plantas y otros animales.

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Según recoge en un comunicado el grupo alemán Deutsche Telekom el 80% de las 2.000 a 3.000 plantas cultivadas y salvajes de Alemania dependen de esa polinización para su existencia. Su importancia, al margen de esto, también se traslada a la parte económica. Así, un estudio del año pasado elaborado por economistas agrícolas de la Universidad de Hohenheim, la polinización de las abejas genera cerca de 1.6 billones de euros por año, 13 veces más que la contribución de la industria de la miel y la cera de abejas.

Internet de las Cosas

En ese papel protagonista que representa la especie se ha fijado la teleco alemana para dar a conocer una de sus novedades en materia de Internet de las Cosas (IoT), íntimamente relacionada con estos insectos.

Se trata del desarrollo de colmenas inteligentes, de las que, según informa la propia compañía, cuenta con dos en los terrenos próximos a su sede en Bonn. Estas disponen de tecnología IoT y se encuentran conectadas a la red de máquinas y sensores de Deutsche Telekom. Tal y como aclaran, del cuidado y mantenimiento de las colmenas y sus abejas se encarga “un apicultor local con el fin de cuidar y preservar la especie y el medioambiente, contribuyendo a la biodiversidad”.

Pero ¿en qué puede ayudar el Internet de las Cosas a esta especie? En el comunicado de Deutsche Telekom se señala que los sensores inteligentes con los que están dotados las colmenas “recolectan y transmiten datos de temperatura, humedad, nivel de llenado y peso de los paneles y sonidos”. A través de estos que el cuidador recibe directamente, puede comprobar todos los niveles, datos e información a través de una aplicación móvil.

Eficiente y productiva

Del mismo modo, incluso el apicultor “puede conocer si las abejas están sanas o no y monitorizar y evaluar el comportamiento de las mismas o las condiciones del panel”.

La principal conclusión de esta conexión entre abejas e IoT es que se lleva a cabo una gestión de las colmenas más eficiente y productiva, mejorando la preservación del entorno y ahorrando costes importantes para el productor.  

Señalan desde la empresa de telecomunicaciones alemana que, además de esas dos colmenas, disponen de otras dos en el centro de Innovación de T-Systems en Munich. Esto permite una comparación de datos lo que, a su vez, pone de manifiesto que “la digitalización y las nuevas tecnologías contribuyen a generar múltiples estudios sobre las mismas y asegurar la supervivencia de la especie”.

Un informe del año pasado reveló que el número de insectos voladores beneficiosos ha bajado un 75% en 30 años. Sin saberse con exactitud las causas, el uso de las nuevas tecnologías puede, por una parte, ayudar a descubrirlas y, por otra, contribuir a ponerle freno a esa cifra.

Que preocupa de verdad el futuro de esta especie lo demuestra el hecho de que, a nivel internacional, la ONU estableció en 2017 el 20 de mayo de cada año como su día. Tomemos nota