Mantener la paz en el mundo no es tarea sencilla. El enfoque de Naciones Unidas es que sus fuerzas del orden reflejen, en la medida de lo posible, la realidad de las poblaciones en las que tienen lugar las operaciones. Por eso, la presencia de mujeres en ellas es cada vez mayor.

Estas mujeres de la paz [no es un término oficial, más bien una forma telescópica de referirnos a ellas] consiguen reforzar y proteger los derechos de las que viven en las zonas de conflicto.

La comandante brasileña Carla Monteiro de Castro Araujo habla con miembros de la comunidad Mbomou en la República Centroafricana. Foto: UN

La comandante brasileña Carla Monteiro de Castro Araujo habla con miembros de la comunidad Mbomou en la República Centroafricana. Foto: UN

“En todos los campos del mantenimiento de la paz, las mujeres han demostrado que pueden desempeñar los mismos puestos, con los mismos estándares y bajo las mismas condiciones de dificultad que sus homólogos masculinos”, destaca Naciones Unidas. Por eso es vital seguir reclutando más cascos azules femeninos. 

Estamos aquí para proteger y asegurar que la situación permanece estable

Martina de María Sandoval Linares, oficial de UNPOL, la policía de Naciones Unidas, destinada en Sudán del Sur. Foto: UN

Martina de María Sandoval Linares, oficial de UNPOL, la policía de Naciones Unidas, destinada en Sudán del Sur. Foto: UN

Sacrificios que merecen la pena
Una de ellas es la salvadoreña Martina de María Sandoval Linares, oficial de UNPOL, la policía de Naciones Unidas, destinada en Sudán del Sur desde diciembre de 2019. Su familia y, en especial, su hija de ocho años, la esperan en su país. Aun así, asegura que los sacrificios merecen la pena.

“Esta es mi primera misión en la UNPOL”, explica. “Formo parte del equipo de la oficina de evaluación. Recogemos y analizamos información sobre cualquier incidente serio que tenga lugar en el campo de PDI [personas desplazadas internamente] de Juba, la capital del país. Estamos aquí para protegerlas y asegurar que la situación de seguridad dentro del campo permanece estable”.

Una mujer de la paz representa para una niña que no tiene que ponerse límites

Fundamentales
Su participación es fundamental, no solo desde el punto de vista operativo, también desde el psicológico: “Lo que una mujer de la paz representa para una niña en una aldea remota es muy potente, demuestra que puede perseguir sus sueños y que no tiene que ponerse límites”, afirma.

“Cuando pienso en lo que quería hacer con mi vida, la respuesta era clara: quería ayudar a al gente”, recuerda Sandoval. Sin embargo, se encontró con barreras en su propia familia: “Mi madre era la única que sabía lo que tenía planeado. Cuando mi padre se enteró, al principio no se puso muy contento. Pero cambió de opinión cuando vio que estaba decidida e incluso me ayudó financieramente durante un tiempo”.

El de Sandoval no es un caso único. Recientemente, la comandante brasileña Carla Monteiro de Castro Araujo, oficial naval que trabaja en la misión multidimensional integrada de estabilización de la República Centroafricana; y la mayor Suman Gawani, del ejército indio y destinada también en Sudán del Sur, recibieron el reconocimiento a las Defensoras de Género Militares del Año, en una ceremonia presidida por el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres.

El objetivo para 2028 es que alcancen el 30 por ciento de la oficialía de UNPOL

Evolución positiva

Aunque la presencia femenina ha tenido una evolución positiva, todavía queda camino por recorrer. En 1993, solo un 1 por ciento de los cascos azules eran mujeres. En 2020, de un totoal de unos 95.000 efectivos, son el 4,8 por ciento de los contingentes militares y un 10,9 por ciento de las unidades de policía en misiones de mantenimiento de la paz de la ONU. El objetivo para 2028 es que alcancen el 15 por ciento de los contingentes militares y el 25 por ciento del total de observadores militares y personal de oficina. En el caso de UNPOL, se espera que formen el 20 por ciento de las unidades y supongan el 30 por ciento de la oficialía.

La participación de personal femenino en las misiones de paz incrementa su eficacia y facilita el acceso a las comunidades locales, según Naciones Unidas. Además, ayuda a promover los derechos humanos y la protección de la población civil.

“Las mujeres de la paz tienen más facilidad para acceder a la población, incluidas las mujeres y los niños; por ejemplo, en el caso de entrevistas y apoyo a supervivientes de violencia de género y violencia contra la infancia”, destaca la ONU.

De hecho, son ellas quienes mejor crean confianza con las comunidades locales, lo que ayuda a prevenir y reducir los conflictos y la confrontación. Por eso, la organización internacional insta a los países miembros a que hagan un esfuerzo para el incremento de la presencia de personal femenino en las fuerzas que asignan a estos cuerpos internacionales de paz.