Nació en Bilbao [es el primer dato que aporta, nada más presentarnos], pero lleva dos décadas y media en Madrid. Llegó en busca de una oportunidad laboral que, en aquellos tiempos, solo estaba disponible en la capital. Todo por empeñarse en estudiar una carrera STEM: Ingeniería informática. Cree que hoy han cambiado mucho las cosas, pero que aún nos queda por avanzar. Es Idoya Lapatza, Ingeniera Superior Informática y Client Partner en Santander Tecnología, empresa de Santander España que desarrolla las soluciones informáticas para el banco.

Habla con ese tono de mujer acostumbrada a resolver problemas, sin andarse por las ramas. Le apasiona la tecnología, pero sobre todo aprender. Y asegura seguirlo haciendo cada día.

En aquella época, las empresas que estaban apostando por la tecnología eran multinacionales o compañías grandes que estaban en la capital

- De Bilbao a Madrid… ¿Cómo fue ese camino?
Hice hasta lo que era COU en Bilbao. Me decanté por las ciencias, aunque se me
daban mucho peor que las letras. Cuando llegó el momento de elegir carrera, no lo
tenía claro. Estaba entre Empresariales e Informática. Creo que me pudo la
curiosidad, porque no sabía muy bien qué se enseñaba en Informática. Entré en Deusto en Bilbao y era la promoción número catorce de Informática. O sea,
que era una carrera muy reciente. En aquella época, las empresas que estaban
apostando por la tecnología eran multinacionales o compañías grandes que estaban en la capital. Nos encontramos media facultad en Madrid. Mi idea era coger experiencia y volver, pero aquí sigo todavía [risas].

En los cinco años de carrera, aproximadamente tuve treinta
profesores y solo una profesora

- ¿Erais muchas mujeres en la Facultad?
Éramos muchas menos chicas en la Facultad. El edificio de Informática era nuevo y
por los pasillos, por las plantas, éramos minoría total. Pero lo que más me llamó la
atención es que en los cinco años de carrera, aproximadamente tuve treinta profesores y solo una profesora, en concreto de programación Cobol. Eso sí me sorprendió.

- ¿Es todo más fácil para los hombres en el mundo STEM?
A las mujeres nos lo ponen más difícil. Porque ya desde muy pequeñas hay muchos estereotipos que te encarrilan, tanto en la educación familiar como en el colegio. Cuando venían a darnos charlas en BUP y COU o nos hablaban de personas significativas en la Historia, siempre eran hombres. Y eso te hacía pensar: “Esto no es para mí, eso es solo para ellos”.

¿A qué juegan las niñas de seis o siete años? A cuidar bebés, a vestirlos, a pasearlos. En el fondo, a cuidar personas. Los niños montan y desmontan los juguetes, investigan. Se despierta en ellos una curiosidad que en nosotras no.

- Y quizá tenéis que demostrarlo más para que os valoren
Se ha avanzado mucho, pero todavía queda por hacer. También es verdad que la
conciliación de la vida personal y profesional de las mujeres es complicada. Nosotras mismas a veces nos ponemos en una situación de elegir una cosa o la otra. Porque pensamos que tenemos que renunciar a una de ellas. Pensamos que si quiero que se reconozca mi trabajo o quiero que de verdad vean que soy capaz, no puedo compatibilizarlo del todo como quisiera. Yo creo que hay que buscar un equilibrio y no hay que renunciar. Es tan válido lo que pueda aportar una mujer como un hombre en la Tecnología, en el nivel que sea de una compañía.

- Pero el mundo STEM tiene sus compensaciones
A mí me gusta mucho aprender, tengo curiosidad. Esta carrera me ha permitido
aprender algo nuevo cada día, porque ha ido a una velocidad tan trepidante, que me ha enriquecido muchísimo.

Romper la barrera que hay en la Tecnología es fundamental, desde muy pequeños y en los entornos familiares y educativos

También, estar en una empresa como Santander, me ha permitido ver todas las
facetas que tiene la tecnología en el ámbito bancario. El cambio ha sido brutal desde que empecé yo. Ha sido muy emocionante.

Lapatza reconoce la función de visibilidad de iniciativas como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

- ¿Qué podemos hacer para que haya más mujeres STEM?
Todas estas iniciativas, como este día Internacional, las asociaciones y las charlas, es una labor de campo muy importante. No es a corto plazo, pero es una de las llaves para conseguirlo. Romper la barrera que hay en la Tecnología es fundamental, desde muy pequeños y en los entornos familiares y educativos. Costará ver los frutos, aunque se ha avanzado mucho. No lo suficiente, pero vamos por el buen camino.

- Manda un mensaje a todas las jóvenes que estén pensando en hacer una carrera STEM
Que las mujeres necesitamos a la Ciencia y la Ciencia nos necesita mucho.

El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Que dicho así, puede no parecer importante. Pero lo es; y mucho. Naciones Unidas especifica:
"La brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la
ingeniería y las matemáticas (STEM) persiste desde hace años en
todo el mundo. A pesar de que la participación de las mujeres en
las carreras de grado superior ha aumentado enormemente, están
todavía insuficientemente representadas en estos campos.

La ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos en la Agenda
2030. De acuerdo con un estudio realizado en 14 países, la
probabilidad de que las estudiantes terminen una licenciatura, una
maestría y un doctorado en alguna materia relacionada con la
ciencia es del 18%, 8% y 2%, respectivamente, mientras que la
probabilidad para los estudiantes masculinos es del 37%, 18% y
6%"
.

En ELPLURAL.COM somos conscientes de la importancia de situar a la mujer en el lugar que le corresponde por derecho propio en nuestra sociedad. Y, el primer paso para conseguirlo, es la educación. Por eso, hemos preparado este especial “Mujeres STEM”, en el que entrevistamos a cinco mujeres cuyas carreras profesionales se han desarrollado en ese ámbito: STEM es un acrónimo de Science, Technology, Engineering and Maths [Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas] que son, precisamente, las titulaciones en las que hay menor presencia femenina a pesar de su enorme impacto en la innovación y, en general, en el mundo actual.