Las encuestas, al menos en España, son una mierda, con perdón. Las israelitas que se hacen a la salida de los colegios no alcanzan ni siquiera ese calificativo. Es la impresión chusca que deja la realidad, la de los resultados de verdad, la de los votos contados en las urnas. Nada de lo que se anunció se ha producido: ni el sorpasso que anunciaban todas las encuestas en la izquierda española, ni el desplome de Mariano Rajoy, a quien nadie, ni dentro de su partido, ni fuera de él, podrá sacar de la Moncloa después de que este político del que tantos se ríen por las torpezas de sus maneras y su lengua, y por su falta de carisma, lejos de vivir el anunciado desgaste que se le vaticinaba, sale de ésta prueba reforzado con 14 diputados más.

 Pablo Iglesias y el tono moderado

¿Por qué han sucedido estos dos hechos, supuestamente sorprendentes? A Pablo Iglesias, quizás el gran derrotado de la noche dadas las expectativas que albergaba (incluso llegó a anunciar que veía posible superar al PP) le preguntaron en rueda de prensa si no habría empezado a perder por el tono de su campaña, buscadamente moderado para diluir el ‘voto del miedo’ con el que Rajoy y sus medios le atacaban. “Ese elemento será motivo de análisis en los próximos días”, respondió Iglesias, pero en su gesto parecía asentir.

Lo cierto es que sea su moderación, sea la soberbia resultado del hartazgo de victoria que le daban las encuestas, sea el miedo por el Brexit.., lo cierto es que lejos de engordar con el millón de votos de Izquierda Unida, como explicamos en otra crónica en ELPLURAL.COM, Podemos ha adelgazado más de 100.000 de los votos que obtuvo hace sólo seis meses.

Una derrota agridulce, pero derrota

Inmediatamente tras Iglesias, compareció Pedro Sánchez, que aireó esa derrota de Podemos como su victoria: no se ha producido el sorpasso. “El PSOE se refuerza como partido hegemónico de la izquierda”, es la frase con la que el líder socialista vendió esta idea. Fue la frase más sonora que dejó su comparecencia, la más aplaudida por los presentes. Sólo en competencia con la que dedicó a Iglesias, al que acusó una vez más, como hizo durante toda la campaña, de haber provocado estos lodos por no haber apoyado su intento de formar un gobierno que hubiera echado a Rajoy de Moncloa.

Sin embargo, él mismo lo reconoció, su partido ha perdido otros 5 escaños. Por segunda vez consecutiva, Sánchez ha llevado al PSOE a los peores resultados de su historia, y ha puesto un nuevo mínimo con esos 85 escaños con los que contará ahora el Grupo Parlamentario socialista en el Congreso. Si Iglesias hablaba de reflexionar, lo que espera al PSOE a la vuelta del verano, concretamente en octubre, es un Congreso donde deberá aclarar no sólo el futuro de su actual secretario general, sino el del propio partido.

La derecha manda

Pero la noche deja otra sorpresa. Quizás la mayor, teniendo en cuenta esta vez no sólo lo que anunciaban las encuestas, sino el camino que había marcado el 20D: España ha dado un giro a la derecha. PSOE y Podemos, suman 156 escaños. Frente a ellos, los dos grandes partidos del centro derecha, PP y Ciudadanos suman 169. Con el apoyo de PNV, que cuenta con cinco diputados y el de Coalición Canaria, llegarían a ese 175 que marca la mitad del Congreso.

Ahora ¿es esto suficiente para entrar en el camino que España necesita, que debe incluir una reforma constitucional y un acuerdo para fortalecer la salida de la crisis? Los próximos meses tienen que aclarar la respuesta a esta y otras preguntas, mientras se despeja una con la que también se llegaba a este 26J: no habrá tercera vuelta.