Día marcado en el calendario de 2022 a escala global: el 24 de febrero estallaba la guerra entre Rusia y Ucrania con el dominó de consecuencias económicas que traería en todo el mundo. Esa misma semana, en clave nacional, el principal partido de la oposición, el Partido Popular (PP), saltaba por los aires. Tras una crisis interna al más puro estilo de House of cards provocada por una batalla entre el exdirigente del partido, Pablo Casado, y el valioso activo popular, Isabel Díaz Ayuso, un nombre se empezaba a escuchar por encima del resto desde los pasillos de Génova hasta la Xunta de Galicia: el de Alberto Núñez Feijóo.

Aclamado como “el gestor y el perfil técnico” que el “PP y España” necesitaban, el gallego era elegido presidente de su partido el 2 de abril con el 98,35% de los votos en el XX Congreso Extraordinario que la formación celebró en Sevilla. Desde entonces, el líder del PP ha enarbolado una estrategia muy clara: posicionarse a capa y espada como el economista salvador que España requiere. Así, el presidente popular no ha perdido ocasión para apuntar el estado “agonizante” de la economía española, una acusación que en la mayoría de ocasiones no ha sido acompañada por las cifras ni por poderosos miembros del Partido Popular Europeo (PPE).

La perspectiva de Von der Leyen

La propia Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y una de las cabezas del Grupo del Partido Popular Europeo, ha mostrado sintonía y complicidad en repetidas ocasiones con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mientras que con Alberto Núñez Feijóo ambos han hablado de “cordialidad”, para frustración del gallego. Esta diferencia en la relación con ambos líderes se puede explicar por distintos choques de posturas. Mientras que Feijóo tildaba de “timo ibérico” al mecanismo implementado por el Ejecutivo desde junio para rebajar el precio de la luz, la presidenta de la Comisión lo aplaudía y animaba a los Veintisiete a tomarlo como ejemplo. Lo mismo ocurría con el impuesto temporal a los beneficios extraordinarios de las grandes empresas energéticas, cuestionada y rechazada en el Congreso por el PP de Feijóo. La presidenta de la Comisión incluso ha llegado a avalar la gestión de Sánchez de los fondos europeos, frente a las duras críticas perpetradas por el PP desde inicio de año.

“España es hoy un motor de nuestra UE” decía en mayo Von der Leyen, pero solo un mes después Feijóo advertía que la mala situación económica en España solo iría a peor y que la solución no pasaba por los paquetes anticrisis del Gobierno, sino por bajar los impuestos. La propuesta de la bajada de impuestos ha sido el lema de los populares, entonado por el líder nacional y por la presidenta madrileña con gran fuerza hasta la caída de Liz Truss en Reino Unido: la primera ministra británica más breve de la historia, cuya propuesta de bajada histórica de impuestos fracasó estrepitosamente. Ahora el lema conservador resuena con menos ímpetu.

El temido otoño que nunca llegó

Otra de las consignas de los principales dirigentes del PP ha sido la crisis económica que se cernía sobre España para otoño. Los populares se pasaron el verano de este año alertando de que en otoño habría problemas económicos evidentes, “nos dirigimos a una profundísima crisis económica” señalaba el líder del partido, mientras insinuaba que los Presupuestos Generales de 2023 no se aprobarían.

Sin embargo, el Ejecutivo conseguía aprobar los terceros Presupuestos de su legislatura en tiempo y forma; gracias a la excepción ibérica y al uso de las energías renovables incentivadas por el Gobierno, la luz caía a mínimos; y los datos de paro resultaban durante el último trimestre del año igualmente buenos. De la misma forma, la inflación en España ha sido una de las más bajas de Europa, pues, tal y como se conocía en diciembre, la tasa de inflación de España en el mes de noviembre se situaba 6,7 %, siendo la más baja de la zona euro, que estaba al 10,1 %.

Balances opuestos

La economía española ha conseguido evitar la crisis y cerrará 2022 con un crecimiento del PIB superior al 5% anual. Tal y como comentaba el presidente del Gobierno al hacer balance del año, España ha resistido, y mejor de lo esperado, a un año muy complejo y caracterizado por la incertidumbre global derivada de la guerra. Sin embargo, Feijóo, aprovechaba su balance del año como líder de la oposición para acusar al Gobierno de coalición de una legislatura “perdida” a efectos económicos. Según el líder del PP, España es en la actualidad “la última economía de la Unión Europea” y el Ejecutivo no ha avanzado en su objetivo de revertir el liderazgo en paro y paro juvenil en Europa. No obstante, los datos europeos son otros. España lidera el crecimiento del empleo de la Unión Europea en su conjunto y la población ocupada aumentó un 1,4 % en el tercer trimestre de 2022 y un 2,4 % respecto al mismo periodo de 2021, según datos publicados en diciembre por Eurostat.

En cuanto a la reforma laboral, que Feijóo ha acusado de maquillaje de datos en múltiples ocasiones, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, también ha hecho su propio balance. La ministra ha señalado que a pesar de “algunas limitaciones” dado el corto periodo de vigencia de la norma, los datos existentes resultan “muy positivos, como están reconociendo diferentes organismos como el FMI, la OCDE o el Banco de España”.

Por el lado de la inflación, el presidente del PP acusaba al Gobierno de observar “de manera impasible” el incremento de precios, tanto a nivel general como en la cesta de la compra. Al salir perdiendo en su argumentario si compara la inflación general de España con la del resto de Europa, el líder popular se centraba durante su evaluación anual en la cesta de la compra diciendo que la nuestra es la más cara de Europa, haciendo referencia al IPC de los alimentos. No obstante, la inflación anual estimada del IPC en diciembre de 2022 es del 5,8 %, como recoge durante estos últimos días del año el INE, un porcentaje menor al de muchos países en Europa. Al conocerlo, Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital​​, reivindicaba que “la lectura tiene que ser muy positiva”, en una entrevista en la SER, recordando que la inflación “ha bajado cinco puntos en cinco meses”.