Los fofisanos vuelven a estar de moda. El Covid-19, que ha modificado nuestros hábitos de trabajo, consumo y vida también ha afectado a nuestra capacidad física. Se acabó la operación bikini. Los ejercicios sudorosos en espacios cerrados bajo una mascarilla se han vuelto una molestia para quienes desean preparar su mejor tono físico de cara al verano. Los gimnasios viven su peor momento.

Concretamente los centros deportivos han perdido el 64 por ciento de su facturación debido a la pandemia. Es decir, estas compañías dedicadas al culto al cuerpo han dejado de ganar cerca de 1.505 millones de euros debido al cierre de los primeros meses de confinamiento total y posteriormente a las restricciones de los aforos.

Por ende, el 87 por ciento de los centros ‘fitnesss’ han prescindido de más de 80 por ciento se su plantilla. A su vez, un 24 por ciento de estos centros lo han hecho de toda su plantilla según un estudio publicado por la consultora Valgo en colaboración con la Universidad de Sevilla.

Mientras en Estados Unidos el regreso a la normalidad ha tomado una velocidad de vertido, debido a la intensa y coordinada campaña de vacunación que está realizando el país, algunas grandes ciudades como Nueva York y Chicago ya han anunciado que a partir del 11 de junio los centros deportivos y las discotecas reabrirán flexibilizando aún más los aforos. Todo lo contrario a lo que nos espera en nuestro país, donde la controversia por las vacunas y la lentitud con la que suministran las dosis en algunas comunidades autónomas mantiene a los empresarios con la soga al cuello.

De hecho, según el estudio, el 45 por ciento de los empresarios del sector fitness consideran que volverán a la normalidad en el primer trimestre de 2022 frente al 33 por ciento que prevén que será entre el tercer y el cuarto trimestre de 2022. Es decir, que descartan una recuperación positiva durante lo que queda del año 2021. Otro año en banca rota.

Por ello, la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (Fneid) reclama al Gobierno medidas urgentes como una reducción del IVA que se sitúa en el 21 por ciento hasta el 10 por ciento o que los centros sean incluidos en el paquete de ayudas que aún se espera procedente de la Unión Europea (Next Generation). Concretamente el sector busca fondos para movilizar hasta 500 millones de euros de inversión.

Además, Feined ha reclamado al Gobierno medidas urgentes como el establecimiento de una deducción en cuota del IRPF por los gastos en servicios deportivos, así como la reducción del IVA, del 21 por ciento al 10 por ciento, para los servicios deportivos ya que consideran que la industria cumple un rol dinamizador económico y laboral: el 56 por ciento de los puestos de trabajo actuales del sector fitness los ocupan jóvenes, y el 50 por ciento es ocupado por el empleo femenino.

Pero el plan de la Federación va más allá ya que pretende captar 1.400 millones de euros de inversión pública hasta 2026 e impulsar 500.000 millones de inversión privada. Toda la operación sería orquestada por los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y la Transformación Económica (Perte). 

No obstante, este proyecto no se encuentra dentro de las prioridades del Ejecutivo que pretende diversificar el apoyo económico europeo en cinco áreas: automación verde; industria aeroespacial; impulso de la energía verde mediante el hidrógeno; la agricultura sostenible y el desarrollo de un mejor sistema de salud. Aprovechando este último punto y como quien se agarra a un palo ardiendo, la Federación realiza desde el pasado mes de marzo una campaña para posicionar  a los centros deportivos como promoción de salud. De esta forma la esperanza se mantiene en rascar algo de los fondos europeos.