Con las generales a la vuelta de la esquina, el gobierno de Mariano Rajoy se empeña en vender, a bombo y platillo, los logros económicos de su legislatura y unas perspectivas mucho más favorables para los próximos años si continúan en el poder y mantienen sus reformas. Pero desde Bruselas ha llegado hoy otro 'jarro de agua fría'.

Según las previsiones de otoño de la Comisión Europea presentadas esta mañana la previsión de crecimiento de la economía española para este año y el próximo a un 3,1 % y un 2,7 %, tres y una décimas respectivamente, más que en sus anteriores proyecciones, aunque mantiene sus expectativas por debajo de las del Gobierno español.

Bruselas ha empeorado sus expectativas sobre la reducción del déficit público, que espera que alcance un 4,7 % del PIB este año y un 3,6 % el próximo, lo que supondría que España no logrará situar su desvío por debajo del límite del 3 % marcado por las normas europeas hasta 2017, un año después de lo exigido.

La Comisión publica también por primera vez sus expectativas para 2017, año en el que cree que la expansión del PIB español se reducirá al 2,4 %, un "crecimiento robusto" pese a la desaceleración que significará.

Más déficit
Estos datos contrastan con las cifras barajadas por el Gobierno liderado por Mariano Rajoy, que espera cerrar este año con un avance del 3,3 % del PIB, el siguiente con un 3 % y 2017 con un 2,9 %.

La discrepancia con Bruselas en la tasa de crecimiento es el principal argumento que esgrime Madrid a la hora de explicar las diferencias que también mantienen respecto a la evolución de la reducción del déficit público.

España se ha comprometido a situarlo este año en el 4,2 % del PIB y el próximo en el 2,8 %, cuando tendría que dar carpetazo al proceso por déficit excesivo que Bruselas mantiene abierto al país.

Sin embargo, en las previsiones publicadas hoy, la Comisión incluso empeora los cálculos publicados hace apenas tres semanas, el 12 de octubre sobre el presupuesto español para 2016, cuando consideró que España cerraría este año con un desvío del 4,5 % y el próximo, con un 3,5 % del PIB.

Ante estas perspectivas, el Ejecutivo comunitario pidió al Gobierno que tome medidas para corregir el desvío.Hoy, cuando ha desvelado que espera un déficit del 4,7 % del PIB este año, del 3,6 % en 2016 y del 2,6 % en 2017, la CE hace hincapié en los "riesgos" que plantea el "nivel de contención de los gastos, principalmente a nivel regional".

En cuanto a la tasa de desempleo, Bruselas espera que cierre este año en el 22,3 %, solo una décima mejor que en sus previsiones de mayo, y el próximo año en el 20,5 %, de modo que no bajaría del 20 % hasta 2017, con un 19 %.
"Ha habido un cambio notable en la economía española, con la disminución del desempleo en los últimos años. En 2017, se espera que el desempleo caiga por debajo del 20 % por primera vez desde el inicio de la crisis", afirmó a Efe el vicepresidente de la CE para el Euro, el conservador Valdis Dombrovskis.

El político letón reconoció que ésta sigue siendo una tasa "muy alta", aunque seis puntos porcentuales por debajo de los niveles alcanzados hace dos años.
Dombrovskis advirtió de que España necesita continuar "con determinación" la aplicación de reformas estructurales y reducir los elevados niveles de deuda pública y privada para poder alcanzar una recuperación sostenible y mejorar las condiciones sociales.
Precisamente en el apartado de la deuda pública, la CE considera que este año marcará un 100,8 % del PIB y tocará techo el próximo con un 101,3 %, para después bajar hasta el que bajará hasta el 100,4 % en 2017.

Riesgos en el sector exterior
Según adelantaba hoy El País, la Comisión pone el énfasis en que la recuperación española se sostiene a través de la demanda interna y alerta sobre los riesgos a la baja del sector exterior, básicamente por la crisis que se avecina en esos países emergentes; hay especial preocupación por China y Latinoamérica.

Los motores de la reactivación de la economía europea y española son exógenos: compra masiva de activos por parte del BCE y, sobre todo , el desplome de los precios del petróleo y las materia primas.

Bruselas teme que España no aproveche estas condiciones ya que, aunque la deuda privada se contrae lo hace casi a la misma velocidad que crece la deuda pública. Además, la economía española tiene problemas para reducir el déficit, más aún tras la última bajada de impuestos.

La misma receta
El Eurogrupo debatirá el lunes el nuevo informe sobre el sistema financiero español una vez finalizado el rescate. Según fuentes del Eurogrupo citadas por el diario el reto de España es “mantener la estabilidad de las cuentas públicas y seguir con las reformas estructurales”.

Desde la Comisión, en privado, se señala, según El País, que, en España “casi no ha habido reformas en los dos últimos años. La deuda total sigue muy alta. La recuperación está muy expuesta a shocks del exterior. Y con la situación fiscal que tiene, no era el momento de bajar impuestos”. Y se añade: “El próximo gobierno tendrá que actualizar el presupuesto y es muy posible que tenga que solicitar un nuevo retraso de un año para lograr bajar el déficit del 3%”.