La irrupción de la pandemia a nivel mundial ha tenido nefastas consecuencias para todos los sectores de la sociedad. Más allá de los efectos de la crisis puramente sanitaria, la crisis del coronavirus ha tenido su impacto en la economía internacional, con problemas de desabastecimiento internacional desde los primeros momentos. El sector juguetero es uno de los más afectados ahora y lanza las primeras alertas de lo que podría pasar esta campaña de Navidad.

Por un lado, hay un fuerte problema con el abastecimiento de microchips a nivel mundial. Un problema que en principio parece afectar solo a la producción de elementos tecnológicos -móviles, tablets u ordenadores- y al sector automovilístico, con paradas en la cadena de producción. Sin embargo, la falta de microchips y los problemas de abastecimiento internacional también complican la situación para el sector juguetero.

La relación es clara, si hay falta de algo -es decir, poca oferta- pero la demanda se mantiene o incluso aumenta, el precio de estos aumenta, encareciendo el producto final. Es lo que pasa con las consolas o juguetes electrónicos con presencia de microchips, cada vez más populares en las cartas a Papá Noel o los Reyes Magos.

Ocurre con los juguetes más modernos, pero también con las peticiones tradicionales para Navidad como muñecos, juegos de mesa o cualquier otro que venga de fuera. El problema del abastecimiento y el envío de productos de un país a otro, especialmente marítimo, sigue haciendo estragos en el comercio internacional más de año y medio después de la irrupción de la pandemia.

En ElPlural.com hablamos con José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) y uno de los principales representantes del sector para conocer la realidad a la que se enfrentan ahora las empresas jugueteras. El experto es claro y reconoce que hay un problema de desabastecimiento en el sector. Sin embargo, manda un mensaje de tranquilidad a las familias: “Esperemos que no afecte al consumidor final”.

Una persona observa los juguetes colocados en las estanterías de las instalaciones del Corte Inglés Preciados, Madrid
Una persona observa los juguetes colocados en las estanterías de las instalaciones del Corte Inglés Preciados, Madrid
 

“Sí que hay un problema de desabastecimiento"

“Sí que hay un problema de desabastecimiento que está afectando sobre todo al profesional, a la industria y a la distribución, pero esperamos que no sea percibido por el mercado, o al menos no en gran medida” -explica Pastor en una conversación telefónica- “Sería una pena que, en medio de la recuperación del consumo interno, tanto en el mercado español como en los internacionales, el desabastecimiento afectara a los incrementos de consumo”.

“Confío en que no será así. Es un efecto que llega al fabricante y la distribución, pero hay una amortiguación para que el mercado lo note menos”, asegura el presidente de AEFJ. Una amortiguación que supone que las empresas ajusten costes o incluso trabajen a pérdidas: “Teniendo las perspectivas de que el mercado crezca, si no se actualizan los precios o las tarifas, que no todos lo han hecho ni la propia competencia lo permite, las empresas están trabajando a pérdidas”.

Y es que la escasez de materias primeras y productos se ha traducido en un mayor coste de fabricación, de las materias primas y de producción. El precio de las materias primas se ha encarecido entre un 40% y un 90%, según las cifras del presidente de AEFJ, en el caso de cartón, maderas, metales o plásticos. Esto supone un aumento de los costes variables de las empresas jugueteras de entre el 20% y el 40%, que “se come el margen de beneficio de cualquier empresa manufacturera”. El problema es tal que, por ejemplo, en el caso de la madera, reconocen estar pidiendo “ya no para la fabricación de juguetes, sino para el propio transporte con palés”.

El aumento de los costes de distribución y producción en las empresas tiene una consecuencia clara para el consumidor: el encarecimiento del producto final, ante lo que el sector se mantiene precavido. “Ya ha habido aumentos de precios, aunque no proporcionados. Algunas empresas ya han visto una situación insostenible y han tenido que bajar precios pero no será un efecto generalizado” -avanza Pastor- “La subida de los costes no es directamente trasladable a una subida de precios”.

La campaña de Navidad es clave para el negocio, siendo la época más importante en número de ventas y además la que marca el final del año, con un 70% del consumo total previsto para estos meses. Las empresas del sector afrontan esta etapa con esperanza y unas previsiones que este año parecen peligrar por el problema que supone la importación de producto desde China, y desde Asia en general.

Aumento de los costes de un 500%

Es aquí donde los expertos como Pastor hablan de una “dificultad enorme” a la hora de obtener tanto materias primas -que van desde maderas a polímeros- como productos semielaborados o terminados. “El problema se está teniendo en los fletes marítimos. En el mejor de los casos ha aumentado los costes un 500%, ahora nos cuesta 15.000 o 20.000 euros, pero el peor de los casos es que no haya espacio para almacenar la mercancía” -denuncia- “Hay un atasco brutal de mercancías y contenedores para salir de los puertos”.

Muñecas de Barbie colocadas en la sección de juguetería infantil del Corte Inglés Preciados, Madrid
El aumento de los costes de distribución y producción en las empresas tiene una consecuencia clara para el consumidor: el encarecimiento del producto final
 

Desde el sector alertan de que, a pesar de que hay una mayor apertura de establecimientos y menores restricciones por la crisis del coronavirus, es probable que los niveles de ventas no alcancen todavía los de 2019, con la consiguiente normalidad y recuperación hasta niveles prepandemia. Sí que prevén una mejor campaña en comparación a 2020, un año muy limitado por las restricciones de la pandemia.

En cifras, la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes asegura que hasta el mes de julio se ha observado un 25% más de exportación frente a los niveles del año pasado, con un crecimiento del comercio español de juguetes de hasta el 4% a fecha de septiembre. “No llegan a equiparar las cifras del 2019, antes de la pandemia, pero hasta ahora está creciendo a buen ritmo”, avanza esperanzado su presidente.

“Esperamos un crecimiento por encima del 4%. Tenemos expectativas positivas para Navidad”, explica el presidente de AEPJ, que prevé alcanzar niveles prepandemia a nivel consumo y de facturación, pero no en cuanto a márgenes de beneficio para las empresas, que no podrán hacer frente al aumento de los costes. Algunas de ellas incluso podrían desparecer tras esta campaña, alerta el experto: “Depende de las empresas, las que cuentan con mucha financiación propia podrán aguantar esta situación pero habrá otra que se verá peor”.

La reactivación del comercio internacional por las menores restricciones no ha supuesto la recuperación del transporte marítimo según lo previsto y es lo que está provocando la alerta en el sector. En este caso, Pastor asegura que el origen del problema es la crisis del coronavirus pero no descarta otros conflictos adicionales, relacionados con factores geoestratégicos. “No todas las industrias, cuando paran durante tanto tiempo, tienen tan fácil retomar el ritmo normal”, explica.

Algunos juguetes ya no llegan: retraso de nueve semanas

Esto supondrá retrasos en el envío de juguetes que ni siquiera llegarán a las tiendas a tiempo, advierte el representante juguetero, con retrasos de hasta nueve semanas en algunos productos. Es fácil de hacer los cálculos: si a día de hoy -mediados de octubre- hay un retraso de nueve semanas en el envío de juguetes, es obvio que no van a llegar a tiempo para encargar los regalos a Papa Noel. En el mejor de los casos estos juguetes llegarían a las tiendas apenas días antes del día 24 de diciembre, complicando incluso los encargos para Reyes.

Desde el sector prevén que la subida de las tarifas de los fletes continuará en los próximos meses del año, coincidiendo con la temporada navideña, y se mantendrá hasta buena parte de 2022. La demanda de productos internacionales para el envío por mar sigue siendo elevada y, por tanto, los atascos en la cadena de suministros siguen sin resolverse. Todo ello en un momento en el que el transporte mundial de juguetes viviría su máximo esplendor ante la campaña de Navidad.

Juguetes colocados en una de las estanterías de la Juguetería Hola Caracola, en Madrid
Las empresas americanas han empezado a fletar sus propios cargueros ante la crisis de transporte
 

Si los precios de los fletes marítimos continúan al alza, continuará el problema de la fuerte dependencia del mercado chino en tanto principal centro de fabricación del mundo. Ante esto, algunos ya abogan por comenzar a producir más cerca de casa, priorizando la localización frente al proceso de globalización. Es lo que ha pasado en Estados Unidos, donde el problema de distribución entre los grandes contenedores internacionales parece que ha encontrado una primera solución.

Las empresas americanas han optado por empezar a fletar sus propios cargueros para asegurar la llegada de los juguetes a todas las casas del mundo, haciendo una parada intermedia en las jugueterías. Sin embargo, esto sería muy complicado a nivel nacional o incluso comunitario. “El problema es la cadena de suministro y la logística”, alerta Pastor, que pide la actuación de Gobiernos centrales y comunitarios para frenar el impacto del aumento de los costes en las pymes. “Se le ha prestado poca atención al impacto del desabastecimiento en la industria y la cadena de valor. Veníamos avisando desde hace mucho”, denuncia pidiendo una Comisión de Industria en los Parlamentos nacionales que estudie este problema.

“Ya llegarían tarde a esta campaña pero tendrían que empezar ya a pensar medidas” -reclama el máximo representante de AEPJ- “Nunca se vuelve donde estaba, se puede amortiguar cuando el efecto se quita. Se llega a otra normalidad, pero no se vuelve a lo de antes”. El problema de los fletes marítimos es que apenas cinco compañías navieras cuentan con casi la totalidad del negocio y están exentas de las leyes de competencia por la Unión Europea. “En su momento serían necesarios, pero ahora no hay una Comisión que estudie si esto es necesario”, reclama el presidente de la asociación juguetera.

Anticiparse más que nunca a la hora de comprar los regalos

Preguntado por la posible reducción de la dependencia internacional, lanza una clara petición a las autoridades, tanto nacionales como comunitarias: “Para impulsar la producción propia se requiere un esfuerzo y una atención a medio y largo plazo por parte de las autoridades nacionales y comunitarias, con condiciones competitivas”.

Campaña Control Venta De Juguetes
La escasez de materiales como la madera o el plástico ha afectado a los márgenes de las empresas
 

Con este panorama, los expertos alertan de que no solo podrían producirse retrasos o un aumento de los precios de los juguetes, sino que algunos podrían no llegar esta campaña. Así, los jugueteros recomiendan a los consumidores anticiparse, más que nunca, a la hora de comprar los regalos. Anticiparse y comprarlo cuanto antes será un factor a favor para las familias españolas.

Ante el miedo de estas a quedarse sin regalos, el presidente de la AEPJ manda un mensaje de calma: “No habrá desabastecimiento de mercado, las tiendas estarán llenas”, que matiza después para alertar de que, a pesar de la amplia oferta habitual, faltarán algunas referencias por la rotura de stock. Esta rotura de stock, y por tanto el encarecimiento de los productos, coincide con un momento que puede tornarse complicado para las familias españolas ya que la crisis sanitaria ha traído consigo también una crisis económica, con un presupuesto más ajustado a la hora de comprar los regalos de Navidad.

Dos claves -la falta de componentes electrónicos y un fuerte problema de distribución de los grandes contenedores internacionales- que dejan entrever una campaña de Navidad con menos producto de lo habitual y más caro para las familias españolas. ¿Será finalmente el consumidor quien tenga que pagar estos problemas y destinar un mayor presupuesto de cara a Navidad o serán las empresas distribuidoras y comercializadoras quiénes sufran el problema?