Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea se reunirán este martes 17 de octubre en Luxemburgo para abordar dos temas clave para el futuro de la integración económica: las nuevas reglas fiscales y la reforma del mercado eléctrico. Ambos asuntos son complejos y sensibles, y los 27 ven difícil encontrar un acuerdo a corto plazo. La intención de la presidencia española es lograr un equilibrio entre las propuestas que satisfaga a todos los Estados miembros.

Las nuevas reglas fiscales son necesarias para adaptar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento a la realidad económica tras la crisis provocada por la pandemia de COVID-19 y la posterior guerra de Ucrania. El objetivo es garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas, pero también dar margen a los países para impulsar la recuperación y la transición ecológica y digital. La Comisión Europea presentó en septiembre una comunicación con los principios generales que deberían guiar la reforma, pero dejó para más adelante las propuestas concretas.

Entre los puntos más controvertidos están el nivel de referencia del déficit público, que actualmente es del 3% del PIB, y el mecanismo de corrección automática, que obliga a los países a ajustar sus presupuestos si se desvían de la senda de consolidación fiscal. Algunos países, como Francia o Italia, abogan por flexibilizar estas normas para favorecer el crecimiento y la inversión, mientras que otros, como Alemania o Países Bajos, defienden mantener la disciplina fiscal y evitar el riesgo moral.

La reforma del mercado eléctrico también genera divergencias entre los Estados miembros, especialmente en lo que respecta al diseño de los mercados de capacidad, que son mecanismos que remuneran a los productores por tener disponible su potencia para garantizar el suministro. Estos mercados son criticados por algunos países y por la Comisión Europea, que los consideran una distorsión de la competencia y un obstáculo para la integración del mercado interior de la energía.

La presidencia española ha elaborado un documento de trabajo que recoge las diferentes opciones para regular estos mercados, desde prohibirlos hasta armonizarlos a nivel europeo. El debate se produce en un contexto de fuerte alza de los precios de la electricidad en Europa, que ha puesto en evidencia la dependencia de los combustibles fósiles y la necesidad de acelerar la transición hacia las energías renovables.

Los ministros también abordarán otros temas, como el impuesto mínimo global a las multinacionales, el plan de acción contra el blanqueo de capitales o el seguimiento del Plan de Recuperación y Resiliencia. Se espera que el Eurogrupo, que se reunirá el lunes por la tarde, haga una evaluación positiva del avance en la implementación de las reformas e inversiones acordadas con la Comisión Europea a cambio de los fondos europeos.

La reunión de Luxemburgo será una oportunidad para avanzar en el diálogo político sobre estos asuntos, pero no se prevé que se adopten decisiones definitivas. La presidencia española confía en poder cerrar algunos acuerdos antes de finales de año, pero reconoce que será necesario seguir trabajando durante el próximo semestre bajo la presidencia francesa.

La presidencia del BEI y la candidatura de Calviño

Otro tema que estará presente en la reunión de Luxemburgo, aunque no figure en la agenda oficial, es la elección del próximo presidente o presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la mayor institución financiera multilateral del mundo y un actor clave para financiar la recuperación y la transición ecológica y digital de la UE. El actual presidente, el alemán Werner Hoyer, termina su mandato el 31 de diciembre de 2023 y los ministros deberán votar a su sucesor o sucesora en una reunión extraordinaria prevista para el 18 de octubre.

Entre los cinco candidatos oficiales que se han presentado, destaca la vicepresidenta primera del Gobierno español, Nadia Calviño, que cuenta con el apoyo de varios países y con una sólida trayectoria internacional. Calviño fue directora general de Presupuestos en la Comisión Europea y conoce bien el funcionamiento del BEI, donde ha sido gobernadora por España desde 2018. "Nuestra candidatura es fuerte", aseguró el viernes Calviño.

Su principal rival es la comisaria europea de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, que también es vicepresidenta de la Comisión y una de las figuras más influyentes del panorama político europeo. Vestager ha liderado la batalla contra las grandes tecnológicas estadounidenses y ha defendido una mayor integración fiscal y social en la UE. Sin embargo, su candidatura se ha visto debilitada por su enfrentamiento con Francia y por algunos reveses judiciales. Según algunas fuentes, Calviño lidera por la mínima la carrera por la presidencia del BEI.