El Banco Central Europeo (BCE) no ha cedido en la senda de su política monetaria y, pese a que la división cada vez es mayor en Europa, ha decidido mantener los tipos de interés en el 4,5%. Esta es la quinta decisión consecutiva que mantiene congelados los tipos de interés de interés que, desde que subiesen en septiembre de 2023, no han bajado del valor más alto de la historia. El Consejo de Gobierno del organismo capitaneado por Christine Lagarde no se fía de la mejora de los valores de inflación europea y mira a la antesala del verano para comenzar a reducir el precio del dinero.

“El Consejo de Gobierno ha decidido hoy mantener sin variación los tres tipos de interés oficiales del BCE”, reza el comunicado oficial publicado este jueves. “La inflación ha continuado descendiendo, gracias a la bajada de los precios de los alimentos y de los bienes” y “la mayoría de los indicadores de la inflación subyacente están disminuyendo”, reconoce el supervisor único que, no obstante, no ha dado el paso de relajar su política monetaria.  

El crecimiento de los salarios se está moderando gradualmente y las empresas están absorbiendo parte del incremento de los costes laborales en sus beneficios”, pero nada vale al organismo de Lagarde, que apuesta por mantener “las condiciones de financiación restrictivas”. “Las anteriores subidas de los tipos de interés continúan frenando la demanda, lo que está contribuyendo a reducir la inflación”, explica el BCE que, para rebajar el suflé de optimismo económico, matiza que “las presiones inflacionistas internas son intensas y mantienen la inflación de los precios de los servicios en niveles elevados”.

Con todo, y a la espera de futuras decisiones que se tomarán el 6 de junio, fecha clave para la política monetaria, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se mantendrán sin variación en el 4,50 %, 4,75 % y 4 %, respectivamente.

Objetivo: inflación al 2%

El Consejo de Gobierno del organismo insiste en su determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2 % a medio plazo. En la persecución de este objetivo, el BCE “Considera que los tipos de interés oficiales se encuentran en niveles que están contribuyendo de forma significativa al proceso de desinflación en curso”. A futuro evitan dar pistas, pero el comunicado adelanta que las decisiones “asegurarán que sus tipos de interés oficiales seguirán siendo suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario”.

No obstante, deja la puerta abierta a que si la evaluación de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria reforzase en mayor medida su confianza en que la inflación está convergiendo hacia el objetivo de forma sostenida, “sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria”. Eso sí, evita “comprometerse de antemano con una senda concreta de tipos” e insta a la progresión de los datos.

Este análisis llega en el momento en el que la tasa de inflación interanual de la zona euro esté situada, atendiendo a los valores de marzo (últimos), en el 2,4%, dos décimas por debajo de la subida de precios registrada en el mes anterior. Al excluir del cálculo el impacto de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco, la tasa subyacente se moderó también dos décimas, hasta el 2,9%.

Además, Eurostat ha confirmado que el Producto Interior Bruto (PIB) del conjunto de países que comparten el euro como divisa común esquivó la recesión tras registrar un estancamiento en el cuarto trimestre respecto de los tres meses anteriores, cuando se contrajo un 0,1%, gracias a la aportación de Portugal y España. En el caso de las grandes economías de la Unión Europea (UE), Alemania registró una contracción del 0,3% en el cuarto trimestre, después de estancarse entre julio y septiembre, mientras Francia apenas creció un 0,1%, tras la parálisis del tercer trimestre, e Italia mantuvo su expansión del 0,2%.

En comparación con el resto de países, España, con una expansión del 0,6% desde el 0,4%, continúa siendo la gran economía con mejor evolución de los Veintisiete. Más allá de las fronteras europeas, en Estados Unidos el PIB aumentó un 0,8% trimestral, aunque fue más positivo que el desempeño del Reino Unido, que entró en recesión técnica tras ceder un 0,3% en el último trimestre de 2024 y dejarse un 0,1% durante el tercero.