Un mazazo para Galicia
Pescanova es un referente gallego, aunque su expansión empresarial le ha llevado a tener más empleados fuera de España que en la costa gallega. Su quiebra es un duro golpe sicológico para la sociedad gallega. La multinacional tiene factorías y conserveras en varios países de la costa atlántica africana, en la Latinoamericana y en el Pacífico. Primero apostó por los grandes buques congeladores y luego por la acuicultura, con factorías en Galicia, Portugal o Chile. El futuro de la empresa es una incógnita, pero el Presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo tiene un problema más con sus promesas de inversiones en Galicia: ni han llegado los contratos de la petrolera mejicana Pemex para los astilleros de Ferrol ni puede garantizar el futuro de Pescanova.
El PP dispuesto a poner dinero público
El Presidente gallego ya ha declarado que está dispuesto a ayudar a la empresa con fondos públicos, y su anuncio lo ha apoyado el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete. Ponen una condición -que es obligada y por tanto una obviedad- que Pescanova concrete su deuda y elabore un plan de viabilidad. Las únicas cifras que se conocen hasta ahora las ha facilitado el Banco de España, que calcula que la deuda asciende a 2.500 millones de euros. Pescanova anunció que había puesto a la venta algunos activos, como su negocio de piscifactoría de salmón en Chile, pero de momento la operación no se ha cerrado.
Mientras tanto la preocupación de los sindicatos y trabajadores de Pescanova es máxima porque nadie les garantiza el mantenimiento de sus puestos de trabajo.