El acuerdo de Gobierno alcanzado entre el PSOE y Sumar es ya una realidad. Los líderes de ambas formaciones políticas, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, ha rubricado el texto acordado en el que, entre otras muchas medidas, se contempla una reducción de la jornada laboral. Las negociaciones han sido arduas y algunos sectores socialistas no estaban muy por la labor de incluir esta modificación en el pacto, pero finalmente los magentas se han salido con la suya y el compromiso entre los socios es negro sobre blanco.

El compromiso alcanzado por ambos partidos es la consecución de una jornada laboral que se sitúe en las 37,5 horas semanales antes de que finalice el próximo año, lo que supondría una reducción de dos horas y media semanales (media hora diaria) para una jornada a tiempo completo, que actualmente asciende a las 40 horas. El acuerdo no se queda ahí y, lejos de pretender detenerse en las 37,5 horas, el futuro Ejecutivo de coalición buscaría rebajar la jornada hasta las 35 horas semanales, antes de finalizar la investidura y a través del diálogo social.

Este hito deberá desarrollarse a través de un ante proyecto de ley, dado que al modificar el Estatuto de los Trabajadores no puede realizarse a través de la figura del Real Decreto. La jornada efectiva, más allá de lo reflejado legalmente, se sitúa ya en tiempos similares a los pactados de cara a 2024, 37,8 según Eurostat, pero su reflejo en la normativa sería un gran avance laboral no experimentado en 40 años, desde 1983, cuando se aprobó la última reducción. También existen diferencias entre el máximo legal y lo pactado por convenio, de igual manera que en otros países, donde existe jornadas muy diversas.

¿En qué países es más larga la jornada?

La disparidad normativa en lo que ha tiempo de trabajo se refiere no es tal si se analizan las principales diferencias entre España y las principales economías mundiales. Lo cierto es que la jornada laboral de 40 horas es la más común entre los ordenamientos jurídicos de los países de nuestro entorno; sin embargo, en la amplia mayoría lo pacto por convenio se aleja de este marco temporal. Pocas son las excepciones que contemplan una jornada menor.

Francia se destaca de la práctica totalidad, recogiendo una jornada laboral de 35 horas semanales. Otros países como Bélgica o Australia también se sitúan por debajo de la barrera de las 40 horas, recogiendo 38, y otros como Israel (42 horas), Chile (45) o Colombia (48) se sitúan por encima. En el mismo nivel que España, Portugal, Italia, Grecia, Hungría o Estados Unidos, dentro de un grupo muy abultado, reflejan la jornada de 40.

Existen otros países que se destacan por no contar con un máximo legal establecido por ley, dejando el tiempo de trabajo a merced de la negociación colectiva. Este el caso de Alemania, donde de esa negociación se desprende 38,2 horas de media, Dinamarca (37 horas) o Países Bajos (37,4). Si la comparación se realiza atendiendo a lo pactado por convenio, España presenta una jornada más amplia que el resto de países de nuestro entorno.

A los ya citados, con jornadas medias por debajo de las 38,2 horas pactadas de medias en España, se suman Suecia (37,1 horas), Noruega (37,5) o  Finlandia, Italia y Japón (todas con 38). Por encima aparecen Portugal (39,4) o los dos países norteamericanos (40). Sin embargo, más allá de lo que pueda obtenerse tras la negociación colectiva y pese a las contadas excepciones, la jornada legal media más extendida es de 40 horas:

Países con jornada laboral legal de 40 horas

  • Austria
  • Canadá
  • República Checa
  • Estonia
  • Finlandia
  • Grecia
  • Hungría
  • Italia
  • Japón
  • Corea del Sur
  • Letonia
  • Lituania
  • Nueva Zelanda
  • Noruega
  • Polonia
  • Portugal
  • Eslovaquia
  • Eslovenia
  • Suecia
  • Estados Unidos

¿Hacia el modelo francés?

En Francia la reducción de jornada hasta las 35 horas se aplicó hace más de 20 años y, pese a que se mantiene en vigor, ha traído muchas polémicas. La idea era repartir el trabajo, con el pronóstico de generar nuevos puestos de trabajo. Las estimaciones de empleo oscilaron, pero finalmente el servicio de estadísticas del ministerio de Trabajo francés cifró el aumento en 350.000 empleos. A nivel de costes salariales, pese a lo que aluden los empresarios para posicionarse en contra, estos han aumentado lo mismo que la media de la zona euro.

No obstante, se produjo un desbarajuste entre los diferentes sectores. Los cuadros y las profesiones liberales siguieron trabajando jornadas mucho más largas y acabaron por transformarse en diez días de vacaciones extra. Por otro lado, empleos menos cualificados, como sucedió con los cajeros de supermercado no ganaron días extra de vacaciones sino mañanas de días laborables, cuando hay pocos clientes. Es decir, ganaron esas horas libres en el tiempo que mejor le venía a la empresa.