La estrategia de Vox para desvincularse de los audios en los que dirigentes de Revuelta, su organización juvenil oficiosa, y dirigentes del partido, como Jorge Buxadé o Manuel Mariscal, traman la ocultación del desvío de donaciones para afectados de la DANA es negar la realidad. Los propios protagonistas de las grabaciones, destapadas en exclusiva por ElPlural.com, reconocen el fraude e intentan capear las futuras consecuencias, pero la dirección ultra pretende armar una cortina de humo judicial que tape la realidad y asuste a periodistas y medios de comunicación, contra quienes ha presentada querellas por destapar el escándalo.

La estrategia de la extrema derecha es hacer pasar a sus posibles votantes por estúpidos a los que piden hacer caso al líder, un Santiago Abascal omnipresente en los audios del desvío de fondos, e ignorar a sus oídos. Y si para tapar la participación en la trama hay que fingir indignación y sorpresa, acudiendo a los Tribunales con una actitud plañidera, el partido va a derrochar todos los fondos posibles, sean húngaros, iraníes o nacionalcatólicos. Fue la estrategia preventiva que intentó Vox denunciando a Revuelta y que, de no ser por la revelación de los audios, podría hasta haber colado.

Sin embargo, la verdad ha terminado imponiéndose. Vox conocía las irregularidades de fondos de Revuelta desde hace muchos meses e intentó eliminar la asociación para que esto no salpicase al partido, dado que las manos de la dirección ultra y la participación de muchos de sus líderes en actos y reuniones de las juventudes es más que demostrable. Los cachorros se revelaron, negándose a cumplir el mandato de Buxadé y otros hombres de Abascal, grabaron a sus jefes, arriesgando sus puestos de trabajo en la formación, y han hecho saltar por los aires un Vox pringado de arriba abajo.

ElPlural.com y su director, José María Garrido, no dudaron en arrojar luz sobre el caso y tumbar todas las mentiras vertidas por Vox en su pretensión de desvincularse del caso. Esto ha costado una persecución ultra contra los profesionales del medio, comandada por la formación extremista y sus servicios judiciales, que ahora anuncian una querella por injurias y calumnias contra el periódico y su director. Los periodistas de TVE, Javier Ruiz y Jesús Cintora, aparecen igualmente en su lista, perseguidos por ser de los pocos que, desde el primer momento, recogieron en sus programas (Mañaneros y Malas Lenguas) el escándalo.

Otros compañeros, como Juan Carlos Martí de El Levante, también han sido señalados. Incluso periodistas y directores de periódicos de la derecha mediática, que disfrutaban de una gran relación con Vox, han sido marcado por haber publicado más grabaciones, como es el caso de Marcos Ondarra y Álvaro Nieto (The Objective) o Pepe Luis Vázquez y Francisco Marhuenda (La Razón). “También contra un listado de 15 tuiteros que cometen delito”, ha anunciado Marta Castro, coordinadora nacional jurídica de Vox, acusando a todo el mundo que tiene oídos de difamar y tergiversar.

“Nos vemos en los juzgados”, ha arengado la ultra, a quien se han sumado personalidades como el diputado Carlos Flores, condenado en 2002 por un “delito de violencia psíquica habitual y 21 faltas de coacciones, injurias y vejaciones” contra su exmujer y madre de sus hijos a un año de prisión, un año de inhabilitación para sufragio pasivo, la prohibición de acercase a su exesposa durante tres años y una indemnización por responsabilidad civil de 6.000 euros. Igual en este caso también era falso todo, aunque la Audiencia de Valencia le otorgó total veracidad.

Si bien con los tribunales nunca se sabe, lo más probable es que ninguna de las querellas contra periodistas prospere. Aunque el juzgado al que lleguen podrá disfrutar una vez más, en estéreo, de todos los audios revelados por ElPlural.com, acompañados de subtítulos y animaciones que facilitan la escucha. Igual también de alguno nuevo, como el publicado este jueves, en el que el responsable de las redes sociales de Vox, denunciado por acosar sexualmente a un menor, comenta la afectación del escándalo de Revuelta a sus prácticas sexuales. Nos vemos en los juzgados.

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