La recaudación de los impuestos extraordinarios a la banca y las energéticas asciende ya casi a los 1.500 millones de euros. Así lo ha confirmado María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado este martes, momento en el que ha aprovechado para valorar lo resultados como “muy positivos”. Diferenciando entre ambos impuestos, la Agencia Tributaria ha recaudado 817,4 millones con el pago anticipado del impuesto temporal a energéticas, mientras que el importe obtenido por el tributo a entidades financieras superó los 637 millones de euros, lo que en conjunto suponen 1.454 millones de euros para las arcas públicas.

Los datos han llegado después de que este lunes finalizase el plazo para pagar de forma anticipada las cuantías correspondientes a estos gravámenes, que ascienden al 50% de lo previsto para este curso. Así, las entidades financieras y energéticas han tenido que ingresar, en concepto de pago anticipado de dicha prestación, el resultado de multiplicar el porcentaje del 50% sobre el importe de presentación calculado. Con estos datos recogidos, la titular de Hacienda estima que se superen los 3.000 millones anuales, tanto en 2023 como en 2024, que habían sido establecidos.

Montero ha defendido los dos impuestos aludiendo a los beneficios millonarios declarados por las empresas de ambos sectores, que marcan “cifras inéditas” en las últimas presentaciones de resultados. La ministra ha detallado que "las principales compañías energéticas reflejan un incremento del 43%, casi 12.000 millones de euros de beneficios y algunas solo con contabilidad hasta septiembre", porcentaje que ha asegurado que “es probable que aumente con el año completo". En la misma línea ha hablado de las entidades financieras, de las que ha señalado los “más de 20.500 millones de beneficio en 2022”.

La titular de Hacienda ha recordado también que en la anterior crisis “los ciudadanos tuvieron que soportar el rescate millonario” a la banca, razón de más por la que considera que ahora “les toca” a las entidades financieras. También ha aprovechado para hacer referencia al impuesto a las grandes fortunas aprobado para contrarrestar los descuentos de impuestos a los más ricos aprobados en las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP. "Cuando algunas comunidades recurren el impuesto a los ricos, defienden al 0,1% de sus ciudadanos".

No será hasta septiembre, con un plazo que se extenderá desde el día 1 hasta el 20 del noveno mes, cuando se constatará la liquidación definitiva de estos tributos temporales. En ese momento, las compañías podrán presentar en formato electrónico, con los modelos 795 para el gravamen temporal energético y 797 para el gravamen temporal de entidades de crédito y establecimientos financieros de crédito, la documentación pertinente.

Los bancos recurren

Las esperanzas del sector bancario se depositan ahora los tribunales después de que la Asociación Española de Banca Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) presentasen el pasado 15 de febrero sendos recursos contencioso-administrativos ante la Audiencia Nacional. En estos, impugnaban la orden publicada por el Ministerio de Hacienda por la que se aprobaron los modelos de declaración y pago anticipado del nuevo gravamen temporal a la banca. Esto fue desestimado por la Audiencia.

Aunque cabía la posibilidad, no se solicitaron medidas cautelares contra el impuesto, que podrían haber supuesto la suspensión temporal del pago del gravamen por parte de las entidades. Cabe recordar, además, que la liquidación del pago del impuesto deberá correr por cuenta de cada entidad.

Para presentar el recurso, las patronales se basan, principalmente, en el dictamen que el Banco Central Europeo (BCE) publicó a principios de noviembre de 2022, en el que se cuestionaban distintos aspectos del gravamen al considerar que podría llegar a poner en peligro una transmisión fluida de las medidas de política monetaria, añadiendo que el importe del mismo podría no ser proporcional a la rentabilidad de las entidades y expresando la importancia de que pueda repercutirse a los clientes.

Este tributo, frente al temporal impuesto para las energéticas, entró en vigor a finales de 2022 con el objetivo de gravar los principales ingresos que la banca ha obtenido en el ejercicio pasado y empezar a recaudar en 2023. El objetivo del Gobierno es recaudar 3.000 millones de euros entre 2023 y 2024, es decir, 1.500 millones de euros cada año.

El nuevo impuesto temporal a la banca grava al 4,8% los intereses y comisiones de todas las entidades que facturen más de 800 millones en 2019 y se circunscribe a la actividad que las entidades desarrollen en España.