El Consejo de Ministros aprobará este jueves, de forma extraordinaria, un Real Decreto-Ley con el que reducirá los impuestos a la electricidad, con el objetivo último de abaratar la factura de los consumidores. El Ejecutivo aprobará una serie de medidas urgentes como son la reducción del IVA de la luz del 21% al 10% y la suspensión temporal del impuesto de la electricidad, que grava los servicios en un 7%.
La medida permitirá abaratar la factura de la luz de todos los consumidores, es decir, hogares, autónomos, pymes o grandes empresas, y supondrá un ahorro del 10% de la factura, tal y como ha anunciado en los últimos días la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero. El ahorro del 10% corresponde a alrededor de 7 euros en el precio de la factura.
El objetivo de esta metida es rebajar la factura eléctrica a corto plazo pero de forma significativa para los consumidores, más allá de las reformas analizadas para alcanzar un abaratamiento a largo plazo.
¿Qué condiciones deben cumplir los consumidores?
Ambas reducciones de impuestos tienen que cumplir con unas condiciones por parte de los consumidores. Por un lado, en el caso del IVA, se aplicará una bajada del IVA hasta el 10%, desde el 21% actual, hasta finales de año para aquellos consumidores con una potencia contratada de hasta 10 kW, con un precio medio mensual del mercado mayorista de la electricidad por encima de los 45 euros/MWh.
Además, se aplicará un IVA del 10% a aquellos consumidores considerados vulnerables severos hasta finales del año, sea cuál sea su potencia contratada y el precio del mercado mayorista.
La suspensión del 7% del impuesto sobre el valor de producción de energía eléctrica estará vigente durante el tercer trimestre de este año, es decir, entre julio y septiembre. Este impuesto ya se suspendió de forma temporal en 2018 durante un periodo de seis meses para frenar otra ola alcista del precio de la electricidad.
La factura más cara de la historia, según Facua
El precio del mercado mayorista de la electricidad está disparado en los últimos meses e incluso desde finales de 2020 por el encarecimiento de las materias primas y de los derechos de emisión de CO2. Tanto es así que el recibo de la luz de un usuario medio se ha disparado un 46,5% en las tres primeras semanas del mes de junio, según Facua, hasta registrar la factura más cara de la historia.
Para frenar estos precios el Gobierno ha optado ahora por la suspensión temporal de estos impuestos pero no cierra la puerta a medidas a largo plazo. En los últimos días varios ministros han recalcado que están estudiando alternativas para rebajar la factura de la luz o la revisión de la fiscalidad eléctrica “muy pronto”, en palabras de la ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera.
