La deriva derogatoria anunciada por el candidato del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, está creando reticencias a todos los niveles. Las últimas comparecencias del político gallego se han fundamentado en promesas de acabar con leyes y Ministerios si llega a la Moncloa tras las elecciones del 23 de julio. El retroceso social y económico ya ha sembrado el miedo en Bruselas y ahora se ha trasladado a la patronal, socio habitual de la derecha española, que ha pedido que el vencedor de las elecciones respete la reforma laboral que fue pactada entre Gobierno, sindicatos y empresarios porque “lo firmado, firmado está”.

Así lo ha trasladado Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), preocupado porque el resultado de los comicios pueda derivar en una espirar de incertidumbre propiciada por la derogación de normas importantes. “Los pactos son para que sean estables en el tiempo que es lo que da la perspectiva de futuro”, ha sentenciado el empresario. “Nosotros defenderemos lo firmado hasta el final”, ha asegurado durante su participación en las jornadas organizadas por CincoDías.

Un respeto” es lo que ha solicitado el líder de lo empresarios, “si hay un cambio de Gobierno o si no lo hay”. Sobre las elecciones en las que se enfrentarán dos modelos económicos antagónicos, uno encabezado por Nadia Calviño y de sobra conocido y el otro aún por detallar y sin nadie que lo maneje, el presidente de la patronal española no ha querido ir más allá. “Respetaremos lo que digan las urnas”, ha garantizado, “pero los pactos tienen que ir hasta el final porque para eso están y para eso los hemos firmado”, ha reiterado a modo de conclusión.

Flanqueado por los secretarios generales de los dos principales sindicatos del país, Garamendi ha defendido una reforma laboral que, a diferencia de la impuesta por Rajoy en 2012, fue pactada por los agentes sociales. También en contraposición con la norma regresiva aprobada por el PP, ha creado empleo y ha mejorado las condiciones de los trabajadores. Récord de toda la historia de afiliados, 20,8 millones, el paro en niveles de 2008 (2,7 millones) y uno de cada dos contratos indefinidos es la radiografía de la norma laboral que se aprobó en diciembre de 2021.

Incumplir nuestros compromisos con Europa tiene consecuencias claras

“La pandemia hizo que nos conociéramos bastante, eran acuerdos que había que hacer, no había alternativa. Cada uno intentó llegar hasta donde pudo, pero pensando que había un bien común que había que preservar”, ha apoyado Pepe Álvarez, líder de UGT, al presidente de CEOE. “Eso nos hizo tener una cultura del acuerdo”, ha añadido, destacando que “El diálogo social es una forma de autogobierno de las relaciones laborales y económicas, una fórmula de compromiso, que nos permite avanzar a la vez, quizá menos de lo que queremos pero con mucha más firmeza y solidez”.

En la misma línea, Unai Sordo, secretario general de CCOO, ha destacado que “el proceso de diálogo social es precisamente eso, un proceso, no ha un día D”. Por ese motivo, el líder sindical ha puntualizado que los acuerdos alcanzados entre patronal y sindicatos, que tanto cuestan a sus contendientes, “no deberían depender de los vaivenes políticos”.

Problemas con Bruselas por las derogaciones

En las instituciones europeas el miedo a que un Gobierno de coalición de PP y Vox ya es palpable. La posibilidad de que Feijóo cumpla todas las derogaciones que ha prometido podría poner a España en una situación muy complicada, tanto para la percepción de nuevos fondos europeos, como de cara a retroceder en hitos y objetivos ya cumplidos y que han posibilitado la llega de las anteriores partidas de los next generation. De llevarse a la práctica lo anunciado por las derechas, supondría “un riesgo presupuestario real”, advertía este lunes Pedro Sánchez.

Incumplir nuestros compromisos con Europa tiene consecuencias claras. Hay otros países con gobiernos extremadamente escorados a la derecha que ya están sufriendo esta situación, pagando un enorme peaje en términos de coste reputacional”, trasladaba el presidente del Gobierno desde el mismo foro al que acudieron los agentes sociales. La esperanza en Bruselas es que las amenazas del líder del PP se queden en agua de borrajas, de igual manera que pasó cuando Mariano Rajoy llegó a la Moncloa y se olvidó de derogar todas aquellas leyes del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero que había prometido.