¿Qué pasaría si tras el 23J desembarcan en Moncloa PP y Vox? De seguir con su firme promesa de “derogar el sanchismo” y todo lo que le rodea, los fondos europeos estarían en serio peligro. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto de celebración del 45 aniversario del periódico económico Cinco Días, en el Teatro Real, en Madrid, advirtió del “riesgo presupuestario real” que comportaría la erradicación de medidas acordadas con la Unión Europea. Las consecuencias, según aseguró, “serían graves” y no solo en términos de retroceso. Ahí queda el ejemplo de países como Hungría, Polonia o Italia, con inyecciones de decenas de miles de millones paralizadas a expensas de que desistan en vulnerar la normativa comunitaria.

“Incumplir nuestros compromisos con Europa tiene consecuencias claras. Hay otros países con gobiernos extremadamente escorados a la derecha que ya están sufriendo esta situación, pagando un enorme peaje en términos de coste reputacional”. Con estas palabras, Sánchez advirtió de los efectos que podría suponer un cambio de signo en el Gobierno de la nación, máxime si Partido Popular y Vox mantienen con firmeza su proyecto de “derogar” el legado del Ejecutivo de coalición y, en consecuencia, de su escudo social. El despliegue de la protección a las clases medias y trabajadoras se incluye en el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, pactado con Bruselas, y al que se agregan nuevas iniciativas a través de la adenda que remitió el pasado martes Moncloa.

Compromisos adquiridos durante cuatro años, cuya eliminación expondría al país de turno a una considerable sanción. Así lo explicaban desde el Ejecutivo la pasada semana y de la misma manera lo ha verbalizado en público el presidente en funciones, quien recela de las intenciones del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. El jefe de filas del Partido Popular prometió, en caso de gobernar, liquidar la acción política de la coalición durante estos cuatro años. “Yo no sé qué opinará el señor Feijóo, puedo imaginar lo que piensa el señor Abascal, pero yo no quiero que España se parezca a esos países”, advirtió el presidente del Gobierno.

Bloqueo a los ultras europeos

La implantación de políticas regresivas en Hungría, Polonia e incluso Italia ha forzado a Bruselas a bloquear decenas de miles de millones de euros de los Next Generation que les corresponden a estos países. Un aviso a navegantes. O cumplen o no hay inyecciones monetarias. Se movilizarán cuando sus gobiernos cesen en la vulneración de la normativa comunitaria. Hasta entonces, los 63.200 millones seguirán cogiendo polvo en un cajón de la UE. De hecho, tanto Budapest como Varsovia tienen un proceso disciplinario abierto desde hace años, bajo amenaza de suspensión de su derecho a voto en caso de que el resto de países lo soliciten.

Aparece en la ecuación también Italia, bajo el mandato de la también ultraderechista Giorgia Meloni. Las iniciativas de la líder de Fratelli d’Italia han colmado de inquietud a los socios europeos. Sus primeros pasos al frente del Ejecutivo no dieron buenas pistas y Bruselas tiene también congelada una partida de 19.000 millones de euros al Ejecutivo transalpino por idénticos motivos, vinculados en este caso con la gestión administrativa.

El presidente se hizo eco de estas situaciones, alertando de que España podría vivir una situación similar en caso de que el PP abriera las puertas del Gobierno central a la ultraderecha. Sánchez subrayó que medidas como la reforma laboral o del sistema de pensiones, están diseñadas bajo la aprobación de la Comisión Europea y ya formaban parte de las recomendaciones de Bruselas a España. “Por lo tanto, la eliminación o la revocación de medidas acordadas con Europa y ya implantadas, supone en términos políticos y presupuestarios contravenir el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia”, comentó el presidente en funciones, antes de añadir que el país podría enfrentarse a una sanción importante.

Crisis tras crisis

En cualquier caso, tras las advertencias a futuro, el presidente del Gobierno echó la mirada a atrás para destacar el “éxito” del modelo político que han impulsado durante esta legislatura. Una acción que se ha impuesto a los mensajes “catastrofistas” de la oposición. “Pocos habrían podido anticipar una evolución tan positiva de la economía española en estos últimos meses”, prosiguió el jefe del Ejecutivo, que aludió con orgullo a las revisiones al alza de previsiones para el Producto Interior Bruto (PIB) de los diferentes organismos tanto españoles como internacionales. También hizo lo propio con la reducción de la temporalidad en los nuevos contratos, gracias en su totalidad a la reforma laboral, que ha comportado un importante crecimiento en términos de creación de empleo. “Ha sido una legislatura de crisis tras crisis […] y España tiene 1,4 millones de personas trabajando que en 2019”, remachó.

Al albur de estos datos económicos, el presidente del Gobierno aprovechó la ocasión para percutir en los debates con el Partido Popular. Sánchez, que hace unas semanas propuso la celebración de un ‘cara a cara’ semanal con Núñez Feijóo, ha insistido en la necesidad de contraponer modelos de cara a las generales en todas las parcelas que importan a la ciudadanía. “Tenemos un proyecto económico, tenemos equipo. Diría que tenemos un equipazo”, exclamó.

En la otra cara de la moneda que dibuja Sánchez está un Partido Popular que rehúye de debates y se centra en ruido ante la falta de propuestas. Así lo transmites desde la dirección federal y el entorno del presidente del Gobierno. “¿Tiene un plan el PP para la economía española?”, se preguntó el jefe del Ejecutivo, antes de subrayar que con la economía “no se puede jugar”. Por lo tanto, ha insistido en que los conservadores han aclararlo cuanto antes, amén de instarles a que sean “transparentes” en lo que se refiere al equipo económico.