La convocatoria anticipada de las elecciones generales para el próximo 23 de julio ha generado todo tipo de opiniones y valoraciones. Legítimas como todas las decisiones que adoptan los dirigentes de los distintos gobiernos en los diferentes ámbitos nacional y autonómico. El presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha mostrado su máximo interés en que estas elecciones generales se centren en debatir, en que los españoles conozcan los dos modelos de gestión que representan, por un lado, la izquierda socialista que defiende un modelo de Estado del Bienestar que redistribuya la riqueza, impulse derechos ciudadanos y cree empleo e igualdad, o el de las derechas que apuesta por los recortes sociales, la defensa de los poderosos y la corrupción.

Yo me sumo a la política de debate, de propuestas y de gestión que ha planteado el presidente del Gobierno, porque eso es lo que realmente demandan los ciudadanos: conocer qué medidas piensa adoptar cada partido para gobernar España. Y eso no le interesa ni al PP ni a Vox, mucho menos a Feijóo. Esa ha sido su estrategia en las elecciones municipales liderada por Ayuso y la extrema derecha con la complicidad cobarde de Feijóo. Pedro Sánchez propone contrastar programas, ideas y proyectos porque es una obligación democrática.

El PSOE quiere que los españoles y españolas tengan la máxima información cuando se abran las urnas. Que hayan podido escuchar claramente, cara a cara, a Sánchez y a Feijóo contrastar su proyecto de país. El PSOE defiende la mejor España, con su gestión al frente del Gobierno, mientras Feijóo no se atreve a debatir con el presidente. Y es fácil de entender si Feijóo tiene que rebatir a Pedro Sánchez con los datos en la mano. Rebatir, por ejemplo, que en mayo de 2023 en España hay 20.815.399 afiliados a la Seguridad Social mientras que en mayo de 2018 había 18.915.000. Es decir, 1.900.399 afiliados más, lo que supone un 10,5% de incremento.

Que en mayo de 2023 hay 9.822.883 mujeres afiliadas a la Seguridad Social mientras que en mayo de 2018 había 8.773.053. Es decir, 1.049.830 mujeres más trabajando, lo que supone una subida del 11,97%. Que en mayo de 2023 hay 2.739.110 parados en España mientras que en mayo de 2018 había 3.522.000. Es decir, un descenso en el paro de 782.890 personas, lo que supone una disminución del -28,58% en las cifras del desempleo. Que la tasa de desempleo era del 16,74% en el primer trimestre de 2018 mientras que en mayo de 2023 es del 13,26%, es decir, un descenso del -3,48%.

Que la contratación indefinida es del 44% en mayo de 2023, con la Reforma Laboral del Gobierno presidido por Pedro Sánchez, mientras que en mayo de 2018 era del 10% con el PP gobernando. Que el Salario Mínimo Interprofesional en 2023 es de 1.080 euros al mes mientras que, en 2018, con el Gobierno del PP, era de 735, es decir, un incremento de 344 euros y de un porcentaje del +31,86%. O que la pensión media de jubilación en España en 2023 es de 1.373 euros, con un incremento del 8,5% solo en este año, mientras que en 2018 era de 1.082, con un gobierno de derechas presidido por Rajoy que quería actualizar las pensiones el 0,25%.

Con estos datos, que son solo unos ejemplos, Feijóo lo tiene muy difícil para debatir con Pedro Sánchez y por eso pone excusas. La derecha política, la derecha mediática y la derecha económica siempre se han conjurado contra los gobiernos de izquierda del PSOE en España porque consideran que el poder es algo que les pertenece y, sobre todo, porque si la derecha no controla las instituciones que gestionan y distribuyen los recursos económicos no pueden robar y repartirse entre los suyos el dinero público de todos los ciudadanos. Que nadie se engañe. Todo el montaje mediático de la derecha carece de propuestas o de debate. Se sustenta en descalificaciones y mantras del estilo “váyase señor González”, “los sábados manifestación contra Zapatero” o “derogar el Sanchismo”.

Es la política goebbeliana, la del ministro de propaganda nazi de Hitler, Joseph Goebbels, de repetir una mentira mil veces hasta convertirla en verdad. Ahora se llama generar “fake news” o bulos en medios de comunicación y redes sociales, método impulsado en Estados Unidos por otro extremista de derechas, Donald Trump, que tiene secuencias idénticas con Ayuso, Abascal y el propio Feijóo.

Si Hitler, con su ministro Goebbels, utilizó a los judíos como “problema a exterminar” para consolidar su régimen nacista, Trump lo ha hecho y lo hace con los migrantes, las mujeres y los homosexuales. No tan lejos, aquí en España, la derecha extrema y la extrema derecha inventan enemigos invisibles como las personas que defienden los derechos de las mujeres, las personas de distinta raza, los migrantes, las ideologías que no piensan como ellos o quienes, simplemente, defienden recuperar la memoria histórica de episodios tan indignos como los crímenes del franquismo. 

Los mantras históricos de la derecha política siempre han recurrido a la deslegitimación de los gobiernos socialistas valiéndose de los altavoces mediáticos, la prensa de derechas propiedad de los poderosos. Y ahí están día a día, sin ofrecer nada a cambio, hablando de una ETA que ya no existe o de un independentismo catalán que era un problema cuando gobernaba el Partido Popular y que ha quedado diluido con un Gobierno presidido por Pedro Sánchez.

Lo único que sabemos del PP, de Feijóo y de Vox es que quieren bajar las pensiones, reducir las becas, volver a la reforma laboral de Rajoy, eliminar las políticas de Igualdad y contra la Violencia hacia las mujeres, también eliminar el impuesto a la banca y a las eléctricas, proteger a los más ricos, privatizar la sanidad pública y, en definitiva, acabar con el modelo de Estado de Bienestar impulsado por el PSOE. Propuestas, ninguna. Es lógico que a Feijóo le entren todos los males cuando le dicen que tiene que debatir con Pedro Sánchez.

 

Antidio Fagúndez Campo

Diputado del PSOE por Zamora