El sector financiero de UGT-Galicia ha hecho público un informe en el que denuncian que el cierre de oficinas bancarias, tras el inicio de la crisis del 2008, llegó en junio del 2018 al 40%. Al tiempo que han advertido que esta práctica ni ha cesado, ni tiene visos de acabar. Las múltiples fusiones y ERE, han destacado desde la formación sindical, también han conducido a la disminución de empleo. De hecho, si en el año 2010 los puestos de trabajo en el sector financiero en la comunidad ocupaban a 13.000 personas, en el 2019 esta cifra ha descendido a un 34,8%, es decir, el censo total de la plantilla registrada es de 8.487 empleados en las distintas entidades que deben proporcionar el servicio a la misma población. Por el contrario, el volumen de trabajo no ha bajado en la misma proporción, por lo que la carga laboral la están asumiendo los trabajadores con un incremento significativo de horas extras no remuneradas.

Como ejemplo, han destacado desde FeSMC-UGT, solo el Banco Pastor tenía en nómina en 2010, antes de ser comprado por el Banco Popular y el Santander, casi 2000 empleados. Sin embargo, a día de hoy en Galicia, el censo laboral del Banco Santander, que incluye la integración del Banesto, Pastor y Popular, es de 1916 trabajadores.

Pero esto es un suma y sigue, han recalcado, ya que en primer lugar al ERE de Caixabank habrá que sumar el del Banco Santander, con una incidencia muy grande en Galicia. Se estima que en la comunidad se cerrarán 135 oficinas. En segundo lugar, han explicado, hay que tener en cuenta la incidencia que tendrá tanto en cierre de oficinas como en destrucción de empleo, la integración del Banco Caixa Geral en Abanca y Bankia.

Todo esto sucede, han afirmado, mientras las seis entidades financieras más grandes del país declararon unos beneficios en 2018 de 16.676 millones de euros. Por eso UGT ya no admite la crisis como elemento articulador para continuar destruyendo empleo en el sector, han aseverado.

Además cabe destacar que en Galicia, casi el 40% de los ayuntamientos solo tienen una o ninguna oficina, según los datos de 2018. El 8% de la población está afectada, lo que supone un total de 220.000 personas. Para finalizar, han concluido, la falta de acceso a los servicios financieros supone un serio obstáculo para la integración económica y social de cualquier persona. Ya que aunque el cierre de sucursales ha sido sustituido por la banca online, la tan profetizada digitalización no ha llegado a todos. La brecha digital sigue siendo tan grande como la brecha económica y en Galicia, con un alto porcentaje aún de población rural y envejecida, la fisura es todavía mayor.