En plena investigación del caso Villarejo, Francisco González, expresidente de BBVA e imputado en el caso Tándem, ha remitido un comunicado contra los fiscales del caso. El expresidente ha expresado su “absoluta indignación y sorpresa” ante la “intolerable agresión” que denuncia sufrir por la Fiscalía "a raíz de la ligereza y frivolidad de las acusaciones vertidas sobre su persona".

"Según la documentación conocida hasta el momento, existe una absoluta falta de rigor en dichas acusaciones, una ausencia total de pruebas que sustenten acusaciones tan graves y una inexplicable carencia de argumentos jurídicos", afirma el investigado.

Asimismo, el expresidente de BBVA asegura: "En base a lo conocido del sumario, el escrito de la Fiscalía Anticorrupción se basa en simples indicios e incluso meras conjeturas, así como en opiniones y declaraciones de terceros, que están en una posición de defender su propia situación personal".

González se defiende así de la documentación y las explicaciones de los exresponsables de Seguridad, Julio Corrochano, y de Riesgos, Antonio Béjar, que han asegurado que hay indicios suficientes de que el presidente ordenó controlar a Villarejo de forma “opaca”.

Por su parte, el imputado ve “incomprensible” que, pese a haber dado "cumplida y detallada respuesta a las preguntas del juez instructor, D. Manuel García Castellón, y los fiscales Anticorrupción, D. Miguel Serrano y D. Ignacio Stampa", en la instrucción "no se haya tenido en consideración dichas declaraciones".

11 argumentos para demostrar su inocencia

El comunicado afirma que González mantiene la confianza en la Justicia y asegura que seguirá colaborando con el caso. El comunicado adjunta varios folios con los argumentos de su declaración en los que asegura que nunca tuvo conocimiento de la contratación de Cenyt, ni del comisario Villarejo, ni intervenía en la contratación de proveedores.

Además, afirma que nunca hubiera permitido la contratación de una empresa como Cenyt y que nunca conoció ni los métodos utilizados por Cenyt en sus trabajos y que, de haberlos conocido, no los habría permitido. Por otro lado, el expresidente defiende que dio por fracasada la pretensión de Sacyr a las dos semanas de que le fuera comunicada y culpa de la contratación de Cenyt al ex director de Seguridad Julio Corrochano.

Asimismo, continúa afirmando que el banco contrató una empresa de detectives en la operación de Sacyr, a propuesta del director de Seguridad, que fue quien eligió a Cenyt. No participó, aunque fue informado, de la investigación a los promotores inmobiliarios con altas deudas con el banco y no conoció la contratación de ninguna empresa de seguridad, y por tanto de Cenyt, para otros trabajos posteriores.

Francisco González termina asegurando que nunca autorizó ni conoció que ninguna empresa externa e hiciera ningún trabajo de cualquier otro tipo para asuntos personales suyos. Y finalmente, que "cree que toda la dirección estaba alineada con el 'código FG': todo debe ser legal publicable y moralmente aceptable para la sociedad".