La diferenciación del mercado inmobiliario español, en comparación con respecto al del resto de Europa, se ha hecho aún más patente a lo largo del último año. Mientras que en la eurozona la demanda de préstamos para la adquisición de una vivienda registró su mayor contracción de la historia en el último trimestre de 2022; los españoles estuvieron cerca de batir el récord de préstamos hipotecarios solicitados en un segundo semestre, solo por detrás del año 2010. Como si las subidas de tipos de interés desmedidas y el euríbor disparado no consiguiesen penetrar las fronteras ibéricas, amuralladas con pisos hipotecados.

Entre julio y diciembre de 2022 se cerraron 31.208 millones de operaciones, un 5,7% más que en el periodo homologable de 2021, según datos del Banco de España. Asciende hasta los 65.227 millones si tenemos en cuenta el volumen de créditos de todo el año, el mayor resultado en más de una década y casi un 10% por encima de 2021. Pudiese ser que esta circunstancia responda a la presteza que los ciudadanos han asumido para adelantarse a situaciones peores, aunque imposible es ignorar la cultura de la compra y acumulación de vivienda instaurada en España, muy alejada de la vida de alquiler europea.

Los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan esta tónica, ya que, a fecha de noviembre, se encadenaban 21 meses consecutivos de ascenso en la firma de préstamos hipotecarios. Concretamente, el número total de hipotecas constituidas sobre viviendas alcanza los 39.304 en noviembre, lo que supone un aumento del 9,3% con respecto al mismo mes del 2021. El importe medio a pagar también se ha incrementado, como consecuencia del encarecimiento, en un 5,8% y se sitúa en los 147.673 euros, lo que no parece frenar a los españoles. En consecuencia, las hipotecas se disparan y con ellas los beneficios de los bancos.

Hipotecas 300 euros más caras

Con la media del 3,333% con la que el Euríbor ha cerrado el enero, cifra que se verá incrementada después de la nueva subida de tipos de interés anunciada por el Banco Central Europeo (BCE), una persona que tenga contratada una hipoteca variable a 30 años de 150.000 euros y con un diferencial del 0,99% más Euríbor sufrirá un aumento de su cuota hipotecaria de alrededor de 294 euros. En términos absolutos, pasará de pagar unos 450 euros a unos 744 por mes, lo que equivale a un desembolso anual adicional de más de 3.500 euros.

Con las mismas condiciones, una hipoteca de 300.000 euros de capital pendiente de amortizar y 30 años pendientes de pago tendría que asumir un encarecimiento mensual de 588 euros, lo que supone más de 7.000 euros al año adicionales. Así, pese a la recuperación de la estabilidad en el mercado hipotecario que algunos expertos del sector ya han advertido, las familias seguirán teniendo que asumir subidas desmedidas, en el caso de que les toque renovar un préstamo variable, o enfrentarse a tasas de nueva incorporación muy elevadas.

A la par, el Banco Santander ha anunciado que cerró el ejercicio pasado con unos beneficios de 9.605 millones de euros, cifra récord que supera en un 18% la cifra del año anterior. Con esta mejora, la entidad financiera aumentará el beneficio por acción de sus accionistas un 23% y el dividendo en efectivo en un 16,1%. Además, el banco liderado por Ana Botín ha duplicado más del doble sus beneficios en su división española. Un aumento del 149% que dispara los beneficios, tan solo en España, a los 1.560 millones de euros.

En la misma línea, el BBVA ha declarado unos beneficios de 6.420 millones de euros, un 38% más que el año anterior. Del total, la entidad destinará 3.000 millones de euros, un 47% de los beneficios, a dividendos efectivos que percibirán sus accionistas. Con estos resultados históricos, el banco ha decidido elevar la cuantía del dividendo hasta los 43 céntimos brutos por acción, lo que representa el valor más alto en 14 años después de crecer un 39% con respecto al año anterior.