Este martes 1 de junio ha entrado en vigor la nueva factura de la luz con cambios para los consumidores y la creación de tres tramos horarios. Solo 24 horas después, ya se conocen los precios de la luz en el primer día de vigencia del nuevo modelo, con una diferencia de hasta el 116% entre la hora más cara y más barata, es decir, entre las horas punta y las horas valle.

Según las cifras desveladas por El País, en base a los datos de Red Eléctrica Española (REE), los precios varían desde los 24,808 céntimos por kWh hasta un mínimo de 11,484 céntimos por kWh. En el periodo llano, los precios oscilaron el primer día entre los 13,5 y los 15,6 céntimos por kWh y, según las previsiones, este miércoles contará con un precio mínimo de 11,18 céntimos y un máximo de 24,5 céntimos por kWh.

Sin embargo, el precio minorista es solo uno de los componentes de la factura y supone alrededor del 40% del recibo. A este hay que sumarle el término de potencia contratada y los impuestos correspondientes, el 5,1% de electricidad y el 21% de IVA.

Más allá de la polémica y las dudas sobre poner la lavadora a las 4 de la mañana, la nueva tarifa apenas ha tenido efectos relevantes en los hábitos de consumo según los datos de Red Eléctrica.

La encargada de operar en este mercado asegura que en las horas valle, desde medianoche hasta las 8 de la mañana, la demanda eléctrica ha sido de 202.033 megavatios, algo superior a lo registrado los martes anteriores, alrededor de los 196.000 MW, pero inferior a los 210.649 MW registrados el primer martes de junio de 2019, en niveles pre pandemia.

Por otro lado, los precios que no se acogen a la discriminación horaria oscilaron durante todo el día entre los 15 y los 16,5 céntimos, alrededor de 8 céntimos menos que el punto máximo de la hora punta y 4 céntimos más que el mínimo de la hora valle.