La llegada del verano ha evidenciado la recuperación del sector turístico español; sin embargo, la buena marcha se puede también en el resto de sectores económicos. La evolución las exportaciones reales de servicios no turísticos han ascendido casi un 50% entre 2020 y 2022, mostrando una recuperación holgada tras la caída propiciada por la crisis sanitaria. El paso año, estas exportaciones se situaron cerca de un 20% por encima del nivel de 2019, según los datos publicado este viernes por el Banco de España.

El crecimiento de las exportaciones de estos servicios no turísticos ascendió a un 16,1% en 2021 y a un 28,9% en 2022, recuperándose del fuerte retroceso del 20% registrado en 2020. Como componente de la demanda final ha funcionado en este periodo como un “soporte de la actividad de primer orden” que ha contribuido al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) con 0,9 puntos porcentuales en 2021, cifra que duplicó en 2022. La buena marcha a lo largo de las décadas ha propiciado que el peso sobre el PIB de estas exportaciones haya pasado del 2,4% de 1995 al 6,8% de 2022.

El progreso no se ha frenado durante de 2023, tal y como muestran los datos de comercio emitidos por Aduanas, que recogen que las exportaciones se incrementaron un 6,4% en el periodo enero a mayo de 2023, llegando a alcanzar los 165.969 millones de euros. Este aumento interanual de las exportaciones españolas durante los cinco primeros meses del año fue superior al registrado en el conjunto de la Unión Europea (3,7%) y la zona euro (3%). También al registrado en Alemania (3,3%), gigante exportador, e Italia (4,8%). “La solidez de las empresas españolas exportadoras y su buen posicionamiento en los mercados internacionales hacen que las exportaciones sean más dinámicas que las importaciones”, destacaba Héctor Gómez, ministro de Industria.

Además, esta mejora con respecto al año previo al estallido de la pandemia es sensiblemente a la de otros componentes de la demanda final, apunta el informe del organismo supervisor. Esta progresión “ha contribuido significativamente a la recuperación de la economía española”, refleja el estudio, que apunta a un crecimiento “sostenido” apoyado principalmente en los servicios empresariales, de transporte y tecnológicos, dirigidos, sobre todo, al área del euro y a América del Norte. “Incluso se ha acelerado su tendencia de crecimiento mantenida a lo largo de las últimas décadas”, concluye el informe.

No obstante, a pesar de que la tendencia alcista, el Banco de España recuerda que la contribución de este grupo al PIB sigue situándose por debajo de los niveles marcado en países como Alemania o Francia. España se ubica por encima de otras grandes economías como Italia, un 2,2%, pero el Banco de España considera que aún existe "un importante margen de recorrido al alza". Concretamente, el peso en la economía española se separa un 1,7% del reflejado en la zona euro, un 2,6% del experimentado en Francia y un 2,9% del dato bávaro.  

En este sentido, para conseguir aumentar el dato, el Banco de España señala al el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), vinculado a los fondos europeos, al cual considera una ventana de oportunidad para potenciar los servicios de alto valor añadido asociados a la investigación y a las nuevas tecnologías, debido a su énfasis en el reto de la digitalización, siempre y cuando su diseño y aplicación sean adecuados. Para ello, recomienda establecimiento de políticas que eleven la competencia en el sector de los servicios.

Recomendaciones a futuro y miedos

Este dinamismo y posicionamiento internacional, destacado por el Gobierno en múltiples ocasiones, podría explicarse atendiendo a “la capacidad competitiva de las grandes empresas exportadoras en España”, destaca el Banco de España. Por ese motivo, a futuro, la digitalización creciente del tejido productivo, las innovaciones tecnológicas y la expansión de servicios de carácter profesional son los principales aspectos que podrían colaborar a prolongar el “elevado dinamismo”, recomienda la institución.

Más allá del buen dato y de las recomendaciones emitidas para alcanzar un crecimiento posible, el Banco de España también señala posibles peligros. “El contexto internacional plantea incertidumbres sobre la evolución de las transacciones internacionales de servicios no turísticos”, reconoce. Estos riesgos tienen que ver con las crecientes tensiones geopolíticas y a la posible regionalización de las cadenas globales de valor, cuyo impacto neto es incierto, pues “pueden limitar la expansión de las transacciones de servicios no turísticos en el ámbito extracomunitario (que actualmente suponen alrededor de la mitad de las exportaciones españolas), en particular en algunos países asiáticos, mientras que, por otro, pueden reforzar los vínculos en el seno de la UE”.