Por primera vez, el euríbor ha corrido más que la curva que planteaban los inversores en sus expectativas, los cuales no esperaban más subidas en 2022. Por su parte, el tipo interbancario ya ha tocado el 2,4%, máximo desde 2009. El mercado prevé más alzas el año que viene, y se espera un pico en el 3%, a la vez que se teme la recesión.

La inflación sigue provocando que se prevean más alzas de tipos de interés, mientras que la liquidez ya no es tan abundante. En este sentido, el euríbor también responde al endurecimiento monetario de la Reserva Federal (Fed), que subió los tipos en 75 puntos básicos.

Unos tipos más altos en Estados Unidos fortalecen el dólar, encareciendo las importaciones europeas y aumentando el atractivo de sus exportaciones, generando sean más factibles las expectativas de crecimiento, pero no para las de inflación. Sin embargo, se aumentan las probabilidades de recesión debido al debilitamiento global de la demanda.

El tipo de interés oficial de Estados Unidos se establece entre el 3% y el 3,5%, y el bono a 10 años ya cotiza en el 3,6%. El bono alemán, que se suele usar como referencia en Europa, está en el 1,9%, mientras que el español se sitúa en el 3%, añadiendo presión al coste de la deuda pública.

La nueva ofensiva bélica de Putin anunciada este miércoles, solo generan más incertidumbre y la posibilidad de que el daño inflacionista se prolongue. Asimismo, las previsiones de gas para este invierno siguen sin estar claras, y como consecuencia, con la actividad industrial o la evolución de los precios. En agosto, la inflación alcanzó un nuevo máximo histórico de la eurozona en el 9,1% y en España, por su parte, se estableció en el 10,5%.

Más subidas el año que viene

En este contexto, el euríbor sigue subiendo y por encima de las proyecciones del mercado. Hasta ahora, ocurría lo contrario: el euríbor subía, y el mercado esperaba aún más, sin embargo, hace una semana que el mercado frenó sus proyecciones de alzas en 2022.

El mercado ha corregido sus pronósticos para el euríbor en diciembre, pero sin llegar a esta cota. En otras palabras, el tipo interbancario ha aumentado más rápido que las expectativas del mercado, pero lo que sí esperan los inversores son más alzas el año que viene.

Comparado con los tipos de interés del BCE, que tras dos alzas en julio y septiembre, de 50 puntos básicos y 75 puntos, respectivamente, la cotización del euríbor está muy por encima. Sin embargo, los bancos se prestan entre sí a un coste dependiente de sus proyecciones de política monetaria, y se prevé que en las próximas reuniones habrá más subidas.

La inflación no da tregua

La agresividad del BCE, donde los proclives a una política monetaria más laxa han cambiado su percepción a un endurecimiento monetario y los que ya la tenían se han hecho más fuertes, dependerá de la inflación. No obstante, la guerra y las dudas con el suministro de gas, no hay tregua con el ‘shock’ energético. A su vez, la inflación ya ha provocado una inflación de segunda ronda, como se observa en la evolución al alza del IPC subyacente (sin alimentos no perecederos ni energía), que alcanzó el 5,5% en agosto en la eurozona.

Además, el euríbor encarece las hipotecas a tipo variable, con aumentos para un préstamo estándar de unos 200.000 o 300.000 euros de entre 2.000 y 3.000 euros para este año, cuando hay revisión. Asimismo, también establece la tendencia al alza de los costes de financiación para nuevos créditos en familias y empresas.

El BCE tiene el objetivo de reducir el dinamismo de la actividad económica para frenar la inflación. Para ello, utiliza un método basado en encarecer el crédito para que haya menor incentivo para consumir e invertir, por tanto, se frena la demanda y la inflación se acerca al 2% en el medio plazo. Por otro lado, existe la constante amenaza de la recesión y que esta política motonería puede perjudicar la recuperación de la pandemia.