La inflación continúa disminuyendo en Europa, aunque de manera lenta y heterogénea. El dato del mes de junio refleja una nueva caída de seis décima y se sitúa en el 5,5%, pero se mantiene aún lejos del objetivo del 2% pretendido por el Banco Central Europeo (BCE). Desde febrero de 2022, mes en el que estalló la guerra de Ucrania, no se marcaban valores tan bajos para el conjunto de veinte países que comparten el euro como divisa; sin embargo, en este grupo existen grandes diferencias entre países que superan hasta los diez puntos porcentuales.

Tres economías destacan entre las demás, cumpliendo el objetivo del BCE y reduciendo sus valores de inflación por debajo del 2%. El dato más bajo lo marca Luxemburgo, que reduce su tasa al 1%. El pódium lo completan España y Bélgica, ambas con un Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) del 1,6%. El resto de países se sitúan por encima del 2%, destacando en el extremo negativo Eslovaquia (11,3%), Estonia (9%) y Croacia (8,3%). Las grandes economías, más allá de España, marcan valores elevados, siendo Alemania la que peor situación atraviesa, con un 6,8%, seguida de Italia (6,7%) y Francia (5,3%).

El dato español se ubica un mes más, y son ya muchos consecutivos, entre los más bajos de la zona euro y destaca al país entre las grandes economías. Las diferencias con estas ascienden hasta los más de cinco puntos con Alemania e Italia o los casi cuatro puntos con Francia. A esto, además, España suma el mayor crecimiento económico de toda la zona euro, con una evolución del Producto Interior Bruto (PIB) del 4,2%. “Las medidas adoptadas han permitido reducir la inflación en casi 9 puntos en menos de un año”, celebraban este jueves, cuando se conoció el dato nacional, desde el ministerio de Economía.

“España es el primer país de las grandes economías de la zona euro que logra reducir la inflación por debajo del 2%, nivel de referencia del BCE”, ensalzan desde la cartera liderada por Nadia Calviño. El mantenimiento de España como uno de los países con la inflación más baja de la Unión Europea supone, más allá del alivio para los ciudadanos y del cumplimiento de objetivos, un “ganancia de competitividad y cuota de mercado de las empresas españolas” que destacan desde el Ministerio. La caída del dato español se debe a la moderación de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, los carburantes y la electricidad.

En el caso del índice general de la eurozona la reducción se debe, explica Eurostat -oficina estadística europea-, a la bajada de precios de la energía, que pasa de un -1,8% registrado en mayo al -5,6%, y el alivio de la escalada de los alimentos, que han reducido su valor con respecto a mayo levemente, del 12,5% al 11,7%. En el caso de los servicios, los precios han bajado en mayo hasta un 5% interanual, medio punto menos que en mayo, y los bienes industriales no energéticos se han encarecido un 5,5%, tres décimas menos que el mes anterior.

Negacionismo de los datos

A pesar de que los datos españoles, tanto de inflación como de crecimiento, son los mejores de Europa, la oposición española se empeña en negarlos. “La realidad en estos cinco años es que la economía española se ha estancado”, aseguraba Alberto Núñez Feijóo a comienzos de esta semana, llevando la contraria a todos los organismos nacionales e internacionales que apuntan lo contrario. “La prioridad del Gobierno para los próximos cuatro años es conseguir el máximo crecimiento posible de la economía española. Si no crecemos más que la media de la UE, con intensidad, no vamos a poder hacer frente a las obligaciones contraídas en deuda, déficit y competitividad”, ha añadido.

Lo cierto es que la economía española no solo ha crecido por encima de la media europea, cuatro veces más concretamente, sino que se ha destacado con la mejor progresión. Actualmente, España cuadriplica el dato medio de la eurozona y crece a un 4,2% (1% media europea). El pasado año se cerró con un crecimiento del 5,5%, más de un punto por encima de las previsiones más halagüeñas, y con lo avanzado durante el primer trimestre ya se ha confirmado la recuperación del PIB prepandemia. En lo referido a inflación sucede algo similar y, en un año, España ha reducido en casi nueve puntos el dato armonizado, pasando del 10% de junio de 2022 al 1,6% de este año, según Eurostat.