La reforma del mercado eléctrico europeo liderada por España es una realidad. Europa ha alcanzado este jueves un acuerdo después de varios años de proceso. Teresa Ribera, vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, había conseguido el consenso entre los líderes de los Veintisiete, pero quedaba pendiente la negociación final entre el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo, que contaba con unos parámetros propios. Ambas partes estaban representadas por equipos españoles y el punto común y beneficioso para el continente no ha tardado en llegar.

De un lado, el Gobierno de España, que preside el Consejo de la UE hasta que concluya el año; y, del otro, Nicolás González, negociador elegido por la Eurocámara para defender los intereses del legislativo. Han transcurrido casi dos meses desde que comenzará el intercambio de posturas, pero en la madrugada del 14 de diciembre se ha hecho oficial el consenso. "Gracias a este acuerdo, podremos estabilizar los mercados a largo plazo, acelerar el despliegue de fuentes de energía renovables y libres de fósiles, ofrecer electricidad más asequible a los ciudadanos de la UE y mejorar la competitividad industrial", ha celebrado Ribera.

Los trílogos han sido acordados por ambas partes y tan solo falta la aprobación final. “Después de 10 horas tenemos un trato”, ha celebrado el negociador del Parlamento, que ha asegurado que con este acuerdo, “Europa cuenta con un diseño de mercado eléctrico socialmente justo que protegerá mejor a los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables, con medidas que garantizarán precios asequibles para los ciudadanos y las empresas y acelerarán la transición energética”. “Además, el Parlamento ha logrado un diseño de mercado que da un paso adelante en la democratización de la energía”, ha añadido González.

La reforma del mercado eléctrico era necesaria para dar repuesta a largo plazo a la crisis energética que estalló en Europa con motivo de la guerra de Ucrania. El acoplamiento de los precios de a la energía a costes los combustibles fósiles han hecho mucho daño estos años, disparando las facturas de los hogares europeos, y ha ensombrecido el avance de las renovables, incapaces de competir ante unas dinámicas diseñadas para este tipo de combustibles. Esta serie de factores hacían necesaria esta reforma, que traerá diferentes cambios.

Mejor protección para los consumidores

El principal aspecto que aborda la reforma es la protección de los consumidores, principales damnificados de la crisis y de la especulación de los generadores de electricidad. Para ello, el acuerdo alcanzado establece mayor disponibilidad de contratos de precio y plazo fijo; flexibilidad para elegir precios dinámicos, con contratos múltiples o combinados posibles; y una información más clara para el consumidor antes de firmar. Además, atendiendo al coste y la sostenibilidad, el acceso a la energía renovable será más fácil, incentivando el comercio de electricidad generada a partir de energías renovables localmente

El texto pone el foco también en aquellos consumidores vulnerables que estás más golpeados por las dinámicas del mercado. Ahora, estarán más protegidos. El compromiso asumido establece que los Gobiernos garantizarán que haya suficientes proveedores de último recurso para que ningún consumidor se quede sin electricidad. Además, las administraciones tendrán la capacidad de regular mejor los precios minoristas para los hogares y las pymes.

Más estabilidad y competitividad para las empresas

El sector empresarial también tiene un espacio importante en el acuerdo, que busca ser beneficioso para todas las partes. Las empresas tendrán precios más estables gracias a contratos a largo plazo, tales como acuerdos de compra de energía en los que el generador se compromete a vender energía directamente a los consumidores a un precio determinado. Así, los productores de energía tendrán también ingresos más estables.

En lo que se refiere a las inversiones en nuevas instalaciones de generación de energía basadas en energía eólica, solar, geotérmica, hidroeléctrica (sin embalses ni energía nuclear) se realizarán en forma de contratos bidireccionales por diferencias (CfD). Esto significa que el generador vende en mercado, pero posteriormente liquida la diferencia entre ese precio y el acordado previamente con la entidad pública. De esta manera, se garantiza un rendimiento mínimo de dichas inversiones y, a su vez, evita costes excesivos en caso de otra crisis.

Aumento de la energía verde

La tercera pata de la reforma es, como no podría ser de otra manera, la cuestión medioambiental. Por ese motivo, las nuevas reglas quieren asegurar que se facilita la integración de las energías renovables en el sistema. Además, la generación de energías renovables será más fácil de predecir al establecer nuevas obligaciones de transparencia para los operadores de sistemas y una mayor capacidad para monitorizar el mercado energético. Esto permitirá mantener los precios bajo control, por un lado, y cumplir los objetivos climáticos establecidos de forma ambiciosa por la UE, por otro.